Ciencia

Un extraño rayo rojo invertido fue captado en cámara en Puerto Rico

Recientemente, descargas eléctricas similares a las de las medusas iluminaron el cielo de Puerto Rico en un fenómeno natural poco común que rara vez es captado por una cámara. Conocidas como “chorros gigantes” o “duendes gigantes”, las descargas eléctricas son similares a los llamados “duendes rojos”, aunque son aún más intensas y se elevan hacia la atmósfera en lugar de caer al suelo.

Las imágenes del espectáculo de luces fueron capturadas en la madrugada del domingo 4 de agosto, durante una serie de tormentas eléctricas en Puerto Rico, y compartidas por la Sociedad de Astronomía del Caribe.

Mientras revisaban imágenes de meteoritos vistos desde la isla, los astrónomos de la organización se dieron cuenta de que sus cámaras habían captado al menos tres chorros gigantescos, así como algunos sprites rojos.

“Las imágenes que obtuvimos sugieren que estas descargas que se vieron desde la Isla debieron tener una duración mayor a lo habitual. Tanto así que probablemente algunas personas pudieron haberlas visto”, indicó la Sociedad de Astronomía del Caribe en una publicación de Facebook.

Luego de compartir la noticia con sus seguidores en Facebook, varias personas se acercaron y confirmaron que lograron ver el espectáculo con sus ojos desnudos.

Los chorros gigantes son la forma más rara de relámpago, ya que ocurren solo 1000 veces al año. Son entre 10 y 50 veces más intensos que los relámpagos normales y duran menos de un segundo. Suelen estar asociados a tormentas eléctricas y ocurren muy por encima de las nubes. La luz que producen parece roja debido a una reacción con el nitrógeno en la mesosfera, a unos 50 a 85 kilómetros (31 a 52 millas) sobre la superficie de la Tierra.

Sorprendentemente, no fueron captados por cámara hasta 1989, lo que confirma los informes anecdóticos de personas que vieron extraños destellos de luces rojas durante tormentas eléctricas (muchos de los cuales deben haber pensado que sus ojos les estaban jugando una mala pasada).

Como ya ha explicado la NASA, la causa de los chorros gigantescos aún no está clara, aunque probablemente tenga algo que ver con un desequilibrio entre diferentes partes de la atmósfera de la Tierra, al igual que las formas más «tradicionales» de rayos.

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