La lluvia de partículas solares provoca auroras visibles en Venus, incluso sin un campo magnético

Desde los planetas más grandes hasta los cometas, hay una variedad de mundos en el Sistema Solar que experimentan auroras. En la Tierra, las auroras boreales y australes son causadas por partículas cargadas eléctricamente del viento solar. Son arrastrados por el campo magnético de nuestro planeta a latitudes más altas antes de estrellarse contra la atmósfera. Esa colisión hace que los diferentes gases brillen en diferentes colores.
Venus y Marte también tienen auroras, pero carecen de campos magnéticos. Lo que sucede allí es muy diferente de lo que sucede en la Tierra, pero como sugiere una presentación de la Reunión de la Unión Geofísica Estadounidense, las auroras de Venus abren una vía importante para comprender cómo responde una atmósfera al poderoso impacto del clima espacial.
Potencialmente, el primer informe de auroras en Venus data del siglo XVII. Se conoció como Ashen Light, aunque el primer registro detallado podría haber sido la refracción en el propio telescopio. La luz del lado nocturno se volvió a ver en la década de 1960, pero sólo en los últimos 30 años se volvieron a detectar auroras visibles.
Lo increíble es la presencia de auroras verdes como en la Tierra. Estos son causados por partículas solares que chocan contra las moléculas de oxígeno en la Tierra, y algo similar está sucediendo en Venus. Sin embargo, hasta el momento no se ha informado de auroras rojas, que también pueden ser causadas por el oxígeno.
Las auroras verdes más brillantes de Venus estaban relacionadas con eyecciones de masa coronal (las liberaciones explosivas de plasma del Sol), pero las más débiles de ellas pueden ocurrir incluso debido al flujo regular del viento solar, como ha demostrado Parker Solar Probe.
Esa no es la única aurora vista en Venus. Durante mucho tiempo, los científicos planetarios han medido las auroras ultravioleta. Son similares a las auroras ultravioleta de Marte descubiertas por la sonda Emirates Hope. Marte y Venus son planetas muy diferentes: Marte es más pequeño y tiene una atmósfera delgada, mientras que Venus es casi tan grande como la Tierra y tiene una atmósfera mucho más espesa. Los datos de Marte han sido cruciales para comprender el efecto que el viento solar (partículas energéticas del Sol) y las eyecciones de masa coronal tienen en la atmósfera marciana.
Otros estudios podrían revelar la importante conexión entre el clima espacial y Venus. Hay múltiples misiones que regresarán al planeta en los próximos años, incluidas DAVINCI+ y VERITAS de la NASA, así como EnVision de la Agencia Espacial Europea.