La cara oculta de la Luna es inexplicablemente más conductora, revela el Orbitador Lunar Coreano

Hay algo extraño en la cara oculta de la Luna, según han concluido los científicos basándose en datos del orbitador coreano Pathfinder Lunor. Los resultados aún no se han publicado, pero sugieren una discrepancia entre la conductividad de los lados cercano y lejano, que hasta ahora carece de una explicación plausible.

La exploración lunar se está convirtiendo en un asunto global. Junto a misiones de Estados Unidos, China, India y Japón, el Instituto Coreano de Investigación Aeroespacial cuenta desde hace un año con un orbitador alrededor de nuestro satélite. La misión, apodada Danuri, está demostrando que hay muchas cosas que las naciones más grandes se han perdido.

Aunque el Instituto se muestra tímido sobre los resultados durante ese tiempo, a Nature se le ha avisado con antelación de algo de lo que se ha descubierto.

El importante descubrimiento se realizó junto con dos de los satélites más pequeños de la NASA. La Luna no tiene un campo magnético global como lo tiene la Tierra, aunque alguna vez lo tuvo. Sin embargo, al igual que Marte, tiene algunos campos locales intrigantes.

Las anomalías magnéticas en los remolinos lunares interesan tanto a los científicos planetarios que la NASA ha considerado una misión exclusivamente para explorarlas, utilizando dos pequeños satélites unidos a lo largo de 180 kilómetros (112 millas). Fotografiar el más famoso de ellos, el Reiner Gamma Swirl, con un detalle excepcional, fue uno de los primeros logros de Danuri.

Sin embargo, inesperadamente, Danuri ha encontrado campos magnéticos más extendidos en la cara oculta, lo que indica una mayor conductividad en las profundidades de la Luna. El profesor Ian Garrick-Bethell de la Universidad de California, Santa Cruz, dijo a Nature que esto «no tiene sentido». Las dos razones que se les ocurren a los científicos serían si el lado opuesto estuviera más caliente o si hubiera más agua debajo de la superficie en ese lado.

Esto último sería de gran interés para futuras misiones que busquen los recursos más preciados, pero no se ha propuesto ninguna razón por la que debería ser cierto. Parece poco probable que simplemente mirar en dirección opuesta a la Tierra se produzca tal efecto.

La misión también lleva un detector de rayos gamma, lo que le permitió detectar el estallido de rayos gamma más brillante de todos los tiempos mientras aún estaba de camino a la Luna en octubre de 2022.

Un éxito más esperado del proyecto implica la exploración de las profundidades de los cráteres cercanos a los polos de la Luna. Estos son de interés para los astrónomos porque se cree que el hielo sobrevive en el fondo. Sin embargo, la misma falta de luz solar que ha asegurado la longevidad del hielo también hace que estas áreas sean difíciles de ver. La “ShadowCam” de Dunari es tan sensible que puede fotografiar estos lugares usando luz de la Tierra o de las montañas cercanas mucho mejor que nadie antes.

Sin los recursos para enviar gente a la Luna, al menos pronto, naciones como Corea del Sur están tratando de llenar nichos científicos que las grandes potencias espaciales dejaron desocupados. La mayoría de ellos se relacionan con latitudes altas, por lo que Danuri se encuentra en una órbita que lo lleva sobre los polos, en lugar de una órbita más ecuatorial como favorecían las misiones lunares iniciales. El equipo detrás de la misión también se dio cuenta de que nadie había utilizado todavía cámaras que miden la luz polarizada como una forma de investigar el magnetismo de la superficie lunar, por lo que aprovecharon la oportunidad.

La misión estaba originalmente programada para finalizar este mes, pero ahora se ha extendido hasta diciembre de 2025. Sin embargo, eso requerirá que sobreviva a los eclipses lunares (que desde su perspectiva serán eclipses solares) en marzo y septiembre de 2025. Cada uno de ellos cortará su acceso a la luz solar durante más tiempo que su viaje habitual a la sombra de la Luna. El eclipse parcial de este año no resultó ser un problema, pero los eclipses totales profundos pueden agotar las baterías del orbitador.