Se recrea el rostro de una persona precolombina con una rara deformidad del cráneo

Investigadores han reconstruido el rostro de un individuo prehispánico desconocido de Bolivia que padecía un raro defecto congénito conocido como craneosinostosis. La afección, que afecta la formación y fusión de los huesos del cráneo, hace que el cráneo se deforme y, a menudo, provoca déficits cognitivos, problemas de visión y otros síntomas debilitantes.
El antiguo rostro andino fue recreado por el experto forense y diseñador 3D Cícero Moraes, quien generó un modelo digital del cráneo. El cráneo, que se encuentra en el Museo Nacional de Arqueología de Bolivia, no ha sido datado, pero se cree que perteneció a un miembro de las culturas precolombina Tiwanaku o Inca.
Ubicada cerca de la orilla del lago Titicaca, Tiwanaku era una poderosa ciudad-estado andina que fue fundada en el siglo II d.C. antes de desaparecer hace aproximadamente un milenio. En su apogeo, el asentamiento albergaba a unos 20.000 residentes y ejercía control sobre una gran extensión de los Andes del sur.
Mientras tanto, la civilización Inca más famosa surgió en el siglo XIII con su capital en lo que hoy es la ciudad peruana de Cuzco. Uno de los imperios antiguos más emblemáticos, el reino inca, fue posteriormente derrocado por los conquistadores españoles durante la conquista de América.
En una declaración enviada por correo electrónico a IFLScience, los investigadores explican que la morfología del cráneo «difiere significativamente del promedio». Con esto en mente, el equipo consultó a seis cirujanos de deformaciones faciales diferentes para confirmar un diagnóstico amplio de craneosinostosis.
La craneosinostosis, un término general que cubre numerosos síndromes relacionados, incluye afecciones como el síndrome de Crouzon, que ocurre cuando las costuras del cráneo se fusionan de manera anormal y afecta a una de cada 25.000 a 60.000 personas. Mientras tanto, el síndrome de Apert ocurre aproximadamente en uno de cada 80.000 a 160.000 nacimientos y provoca deformidades en el cráneo, las manos y los pies.
Otra variación más, conocida como síndrome de Pfeiffer, afecta aproximadamente a una de cada 100.000 personas y puede provocar un aumento de la presión alrededor del cerebro. Sin embargo, en ausencia de extremidades u otros huesos, los investigadores no pueden confirmar qué síndrome específico tenía este individuo en particular.
El sexo de la persona tampoco fue posible determinarlo únicamente a partir del cráneo, aunque el desarrollo de los dientes sugiere que el dueño del cráneo tenía entre 17 y 21 años cuando murió. Por lo tanto, los investigadores decidieron generar una “cara neutral”, utilizando “estudios estadísticos basados en tomografías computarizadas” para aproximarse a la apariencia carnosa del sujeto.
Sin embargo, si bien Moraes ha utilizado previamente este método para reconstruir los rostros de homínidos antiguos y otras figuras históricas, este proyecto en particular planteó una serie de desafíos únicos gracias a la morfología anormal del cráneo. Por ejemplo, “la estructura del cráneo significaba que los ojos sobresalían significativamente [a condition known as exophthalmos or proptosis]debido al poco espacio disponible para guardar el globo ocular en la región ortopédica”.
“La forma de la región del endocráneo, donde se aloja el cerebro, también era significativamente diferente de los modelos dentro del rango normal, lo que daba como resultado una cara con una notable expansión a la altura de los ojos”, afirman los investigadores.
Teniendo en cuenta todas estas irregularidades, Moraes finalmente pudo revelar varias de las características del individuo precolombino, incluido «el pequeño grosor de la ventana ovalada de la oreja, lo que indica que el individuo podría tener problemas de audición». La forma peculiar y puntiaguda del cráneo también puede haber restringido el tamaño del cerebro de la persona, lo que posiblemente haya provocado déficits neuronales.
Curiosamente, el cráneo también muestra signos de haber sido sometido a algún tipo de procedimiento quirúrgico, al que el paciente parece haber “sobrevivido por un corto tiempo”. En un próximo estudio se revelarán más detalles sobre esta posible operación, así como sobre otras características notables del cráneo.