Los cazadores paleolíticos podrían haber usado flechas envenenadas hace 54.000 años
Según los autores de un nuevo estudio, hace más de cinco milenios los cazadores-recolectores europeos pudieron haber incorporado armas envenenadas al arsenal. Si se confirma, este hallazgo cambiaría totalmente nuestra comprensión de la caza en la Edad de Piedra, lo que indicaría que los armamentos complejos entraron en juego mucho antes de lo que pensábamos.
En la actualidad, la evidencia definitiva más antigua del uso de arcos y flechas en Europa proviene de un yacimiento llamado Stellmoor, cerca de Hamburgo, en el norte de Alemania. Se cree que las armas encontradas aquí, que datan de hace entre 11.000 y 12.000 años, marcan la transición inicial del lanzamiento de lanzas al tiro con arco, lo que mejoró el poder de matar de los antiguos cazadores.
Sin embargo, como señalan los autores del nuevo estudio, es difícil sacar conclusiones firmes sobre los tipos de armas utilizadas en el pasado antiguo, ya que los componentes de madera, como arcos y flechas, se descompusieron hace mucho tiempo y solo quedaron puntas de piedra. Para intentar reconstruir las formas en que pudieron usarse estos proyectiles, los investigadores analizaron las propiedades balísticas de más de 500 puntas de flecha paleolíticas de 25 yacimientos diferentes del norte de Europa, datadas entre 14.700 y 11.700 años atrás.
Al calcular los valores del área de la sección transversal de la punta (TCSA) para cada una de estas armas, los autores pudieron discernir el tamaño del corte que estaban destinados a hacer en la piel de un animal de presa. De esta manera, el TCSA revela si las puntas de piedra eran más adecuadas para su uso en lanzas, jabalinas, flechas comunes o flechas envenenadas.
Por ejemplo, los investigadores explican que “cuando se utiliza veneno, las puntas de las flechas suelen ser pequeñas y no requieren mucha profundidad de penetración: todo lo que se necesita es cortar la piel para que el veneno pueda entrar en el torrente sanguíneo de la presa”.
Los primeros hallazgos revelaron que las puntas de flecha más antiguas tenían valores de TCSA similares a los de Stellmoor, lo que sugiere que los cazadores europeos adoptaron el tiro con arco hace al menos 14.700 años. Esto hace que el uso más temprano de arcos y flechas por parte de los europeos se remonte a unos tres milenios.
Otras puntas de piedra compartían sus valores TCSA con proyectiles encontrados en partes de África donde el uso de flechas envenenadas está bien establecido. En otras palabras, la evidencia sugiere que los europeos bien podrían haber estado cazando con armas mejoradas farmacológicamente durante el período Paleolítico.
Para intentar determinar hasta qué punto se remonta el uso de flechas envenenadas, los autores del estudio también calcularon los valores de TCSA para una serie de puntas de piedra de 54.000 años de antigüedad de la famosa cueva de Mandrin en Francia. Los resultados sugieren que alrededor de una cuarta parte de ellas eran «balísticamente más adecuadas para su uso como puntas de flechas envenenadas», mientras que otro 45 por ciento eran ideales para flechas no envenenadas.
Según estos hallazgos, los cazadores paleolíticos europeos podrían haber desarrollado tanto el arco como las armas de veneno decenas de miles de años antes de lo que se había sugerido anteriormente.
En esta etapa, los autores del estudio no pueden determinar qué toxinas podrían haber sido utilizadas durante estas antiguas cacerías, aunque sí proporcionan una lista de 58 plantas del norte de Europa que podrían haber sido adecuadas para la extracción de veneno durante la Edad de Piedra.
El estudio se publica en el Journal of Archaeological Science: Reports.