Civilizaciones Antiguas

Los neandertales pudieron haber tenido “fuerza explosiva” gracias a sus cajas torácicas en forma de campana

Ser fornido puede tener sus ventajas, especialmente cuando se trata de cazar animales prehistóricos. Según una nueva reconstrucción de la caja torácica de los neandertales, nuestros parientes extintos pueden haber sido considerablemente más fornidos que nosotros en esta área, y este volumen adicional podría proporcionarles el poder devastador que necesitaban para emboscar y vencer a sus presas.

Los investigadores que estudian a los homínidos antiguos suelen analizar el tórax (o la parte superior del torso) para conocer las necesidades respiratorias de diferentes especies, proporcionando así pistas vitales sobre cómo vivían. Los humanos modernos, por ejemplo, suelen tener una caja torácica en forma de barril, que habría sido ideal para la respiración torácica necesaria para soportar las carreras de resistencia mientras nuestros antepasados ​​perseguían a sus presas a grandes distancias.

Mientras tanto, se cree que los neandertales normalmente poseían cajas torácicas más anchas y en forma de campana, lo que les daba un plan corporal más grueso. Se teoriza que esta estructura rechoncha permitió un sistema respiratorio más grande, que puede haber sido adecuado para diferentes estrategias de caza que implicaban ráfagas de energía más cortas pero más intensas.

Los investigadores también creen que el tórax inferior más espacioso de los neandertales puede haberles ayudado a retener el calor corporal, una adaptación vital a su hábitat helado en Eurasia durante la Edad del Hielo.

Sin embargo, debido a que las costillas son pequeñas y frágiles, la mayoría de los esqueletos antiguos carecen de una caja torácica intacta, lo que dificulta a los científicos deducir la forma del torso neandertal. Hasta la fecha, la reconstrucción más detallada de la caja torácica del neandertal procede de un ejemplar llamado Kerbara 2, que vivió hace unos 60.000 años en lo que hoy es Israel.

Si bien Kerbara 2 parece poseer la supuesta caja torácica en forma de campana, los autores de un nuevo estudio intentaron aprovechar este hallazgo creando un modelo 3D de la caja torácica de otro neandertal. Conocido como Shanidar 3, este individuo vivió hace unos 45.000 años en Irak, antes de ser enterrado en la mundialmente famosa cueva Shanidar, hogar de los controvertidos «entierros de flores».

Al igual que Kerbara 2, también se descubrió que Shanidar 3 tenía una caja torácica en forma de campana. Cuando se comparó este modelo con 58 hombres adultos Homo sapiens cajas torácicas de todo el mundo, los autores del estudio encontraron que los dos neandertales se parecían mucho a los antiguos humanos modernos que vivían en ambientes fríos, pero diferían de individuos más recientes o de aquellos que habitaban climas más cálidos.

Este hallazgo sugiere que un tórax más robusto y en forma de campana era una característica común entre los antiguos humanos adaptados al frío, lo que respalda la idea de que los cuerpos gruesos pueden haber ayudado a la supervivencia en ambientes helados.

Además, el modelo indica que los neandertales tenían potencialmente diafragmas más grandes que los humanos modernos. Según los autores del estudio, esta mayor acción diafragmática “permitiría un mayor suministro de oxígeno, lo que conduciría a tasas de actividad más altas que tentativamente serían adecuadas para estrategias de caza de emboscada donde se requiere fuerza explosiva, en lugar de la resistencia propuesta para Homo sapiens cazadores-recolectores”.

Entonces, si bien es posible que no hayan sido los mejores en la persecución, los neandertales probablemente se beneficiaron de un inmenso poder, que utilizaron como arma para cazar leones, osos de las cavernas y colosales elefantes prehistóricos.

El estudio se publica en el Journal of Human Evolution.

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