Civilizaciones Antiguas

Entre los vikingos, una nación era mucho más violenta que otras

Los vikingos son famosos por sus violentas incursiones en tierras extranjeras, pero una nueva investigación sugiere que el asesinato y la sed de sangre no eran la norma en toda Escandinavia. Al comparar los niveles de violencia evidenciados por los esqueletos de la era vikinga en Noruega y Dinamarca, los autores del estudio descubrieron que los ataques interpersonales eran mucho más comunes en el reino del norte, mientras que los daneses generalmente dejaban el uso de la fuerza en manos de las autoridades.

Entre los esqueletos daneses, sólo el 7 por ciento presentaba signos de haber muerto como resultado de un trauma físico, y casi todos habían sido decapitados durante ejecuciones “oficiales”. En cambio, un tercio de los esqueletos noruegos presentaban heridas curadas (lo que indicaba que habían participado en enfrentamientos violentos no letales), mientras que el 37 por ciento mostraba evidencia de trauma letal.

Y aunque la mayoría de los asesinatos en Dinamarca parecen haber sido autorizados por el Estado, los autores del estudio describen las muertes en Noruega como “asesinatos de un carácter muy diferente”, en los que todas las víctimas habían sido “agredidas con armas blancas y/o puntiagudas”. Sorprendentemente, el uso de la violencia no parece haber estado reservado a los hombres noruegos, lo que indica un nivel de igualdad de género en términos de estatus social.

“Las similitudes en la etiología del trauma entre mujeres y hombres noruegos pueden ser indicativas de que las mujeres eran una amenaza real para los perpetradores –eran tratadas tan brutalmente como cualquier otro enemigo– y, por lo tanto, un indicador de su influencia en el ámbito político y social”, escriben los autores.

Para entender mejor la importancia de la violencia en cada una de las dos sociedades, los investigadores analizaron la prevalencia de espadas y otras armas en tumbas de la época vikinga. En general, estas eran mucho más comunes en Noruega, con una espada por cada 33 kilómetros cuadrados (12,8 millas cuadradas) en la región de Rogaland, en el suroeste del país.

Mientras tanto, en Dinamarca se ha encontrado una espada vikinga por cada 547 kilómetros cuadrados de territorio. A diferencia de Noruega, parece que los vikingos daneses “no estaban fuertemente armados”, lo que indica que su experiencia de la vida cotidiana probablemente era “relativamente relajada”.

Estas diferencias se pueden explicar en las piedras rúnicas de ambas regiones, ya que las inscripciones antiguas de Dinamarca dan a entender que la sociedad era más estratificada que la de Noruega. Al mismo tiempo, Dinamarca contiene considerablemente más fortalezas de la época vikinga que Noruega, lo que indica una mayor centralización del poder.

La mayor concentración de estos monumentos daneses data de finales del siglo X, cuando el país estaba gobernado por el legendario Harald Bluetooth. «El reinado de Harald destaca por su excepcional volumen de movimientos de tierra, lo que demuestra que era capaz de disponer de una cantidad de recursos nunca vista hasta entonces», escriben los investigadores.

Bajo el gobierno de un rey tan poderoso, la gente parecía más dispuesta a permitir que las autoridades resolvieran las disputas y regularan el uso de la violencia contra los infractores. En cambio, Noruega parece haber sido más bien un «salvaje oeste», en el que los individuos tomaban el asunto en sus propias manos.

Basándose en estas observaciones, los autores señalan que “Dinamarca era evidentemente un espacio civilizado en un grado sorprendente para la época. Noruega, en cambio, mostraba niveles muy altos de violencia, y el miedo a la violencia se evidencia en la medida en que la gente se armaba”.

“Los hallazgos de estos patrones sugieren que estamos hablando de sociedades distintas en las regiones de Noruega y Dinamarca”, afirmó el autor del estudio, David Jacobson, en un comunicado. “Esto es bastante sorprendente, ya que se suponía que, socialmente, la Escandinavia vikinga era en gran medida un espacio singular”.

El estudio se publica en el Journal of Anthropological Archaeology.

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