Civilizaciones Antiguas

El esqueleto de neandertal más completo jamás encontrado aún no ha podido ser excavado

En lo profundo de una cueva del sur de Italia, un hombre de Neandertal extrañamente atípico ha permanecido boca abajo durante unos 150.000 años. Este extraordinario esqueleto, llamado Hombre de Altamura, representa uno de los fósiles humanos más espectaculares jamás descubiertos y podría ayudar a aclarar algunos de los misterios que rodean nuestra evolución como especie, si tan solo pudiéramos sacar a este viejo hombre de allí.

El cráneo invertido de este peculiar espécimen fue visto por primera vez sobresaliendo de una pared dentro del sistema kárstico de Lamalunga, cerca de Altamura, en 1993. De inmediato, los investigadores quedaron impresionados por la orientación inusual del esqueleto y su apariencia retorcida, causada por la acumulación de manchas de calcita, también conocidas como «palomitas de maíz de cueva», sobre la superficie del cráneo.

Desafortunadamente, los huesos se han fusionado completamente con la roca circundante, dejando al Hombre de Altamura sellado dentro de su tumba natural. Resumiendo la frustrante situación del antiguo homínido, los autores de un nuevo artículo explican que el esqueleto «todavía se encuentra en las profundidades de una espectacular cueva, parcialmente incrustado en espeleotemas y ampliamente cubierto por concreciones coraloides».

“Esta peculiar ubicación y condiciones entrañarían grandes dificultades para excavar y conservar ex situ este esqueleto”, añaden. Incapaces de sacar a su hombre de su prisión espeleolítica y llevarlo a un laboratorio, los investigadores no pudieron estudiar a este intrigante individuo durante varias décadas, aunque la datación con uranio-torio reveló que tenía entre 130.000 y 172.000 años.

En 2015, los científicos lograron recuperar algunos fragmentos del omóplato del esqueleto para analizar su ADN, lo que confirmó que el Hombre de Altamura era, en efecto, un neandertal. Para obtener más información, los autores del nuevo estudio pasaron los cuatro años siguientes realizando investigaciones dentro de la propia cueva, utilizando máquinas de rayos X portátiles, cámaras endoscópicas de alta resolución y escáneres láser en miniatura que podían pasar por pequeñas aberturas en la pared de roca.

Los resultados combinados de estos estudios revelaron que el Hombre de Altamura era un “neandertal completamente adulto que sufría algunas patologías dentales bastante comunes”, lo que le hacía perder varios dientes. Sin embargo, lo más importante es que una reconstrucción digital del cráneo demostró que el esqueleto poseía una serie de características morfológicas que nunca antes se habían visto en los “neandertales clásicos”.

Una reconstrucción del rostro del Hombre de Altamura.

Crédito de la imagen: Roberto Montanari/Shutterstock.com

Por ejemplo, el cráneo presentaba similitudes con el de un homínido más antiguo que vivió en una cueva española hace unos 430.000 años y que ha sido clasificado como un tipo temprano de neandertal. Sin embargo, en otros aspectos, el Hombre de Altamura era más afín a otros miembros de su especie.

Basándose en esta mezcla de características, los investigadores creen que el Hombre de Altamura probablemente perteneció a una población aislada de neandertales italianos que evolucionó por separado de los del resto de Eurasia y que conservó algunos de sus rasgos más arcaicos durante un tiempo excepcionalmente largo.

Hablando de tiempos excepcionalmente largos, se cree que este individuo en particular probablemente murió después de caer en un sumidero y quedar atrapado en una grieta, donde ha permanecido desde entonces, y es probable que permanezca para siempre.

El estudio se publica en la revista Quaternary Science Reviews.

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