Civilizaciones Antiguas

Descubierto en Berlín un wakizashi japonés del siglo XVII

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Los arqueólogos berlineses han hecho un descubrimiento sorprendente al excavar en un antiguo sótano en la histórica zona de Molkenmarkt. Lo que inicialmente se creyó que era un simple artefacto militar de la Segunda Guerra Mundial resultó ser una rara wakizashi japonesa, una espada corta del periodo Edo. Este hallazgo inesperado ha suscitado intriga y especulaciones sobre cómo llegó un objeto de estas características a Berlín y qué revela sobre las conexiones históricas ocultas de la ciudad.

Excavaciones descubren reliquias de la guerra y una espada misteriosa

El descubrimiento se produjo durante el invierno de 2022, cuando arqueólogos de la Oficina Estatal de Preservación de Monumentos de Berlín realizaban excavaciones en la zona de Molkenmarkt, concretamente a lo largo de la calle Stralauer, informa el Museo Estatal de Berlín.

Esta calle, que en el pasado era más estrecha que hoy, fue el lugar donde se encontraban varios edificios residenciales y comerciales hasta que fueron destruidos durante la Segunda Guerra Mundial. La destrucción y los posteriores esfuerzos de rediseño urbano en la década de 1960 dejaron pocos rastros de las estructuras originales, pero los restos de los sótanos de estos edificios han permanecido ocultos debajo del paisaje urbano moderno.

Mientras los arqueólogos excavaban en las bóvedas del sótano, llenas de escombros, descubrieron diversos objetos militares, como bridas, estribos, bordillos y arneses, probablemente desechados apresuradamente en los caóticos días finales de la guerra. Entre estos artefactos, se encontró una espada muy corroída que sobresalía de los escombros.

En un principio se creyó que se trataba de un sable militar de desfile, que encajaba con el resto de los hallazgos. Sin embargo, los trabajos de investigación y restauración en el Museo de Prehistoria e Historia Temprana de Berlín pronto revelarían la verdadera identidad de la espada.

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Vista general de la espada Wakizashi después de la restauración. Se pueden ver claramente el envoltorio textil fragmentado con partes de la piel de raya y el elemento decorativo subyacente hecho de cobre (Menuki). (Anica Kelp/ © Museos estatales de Berlín)

La restauración revela el origen japonés de la espada

La restauración de la espada en el Museo de Prehistoria e Historia Temprana reveló algo extraordinario. El arma corroída no era un sable europeo, sino un wakizashi japonés, una espada corta que los samuráis llevaban tradicionalmente como complemento de la katana, más larga. La empuñadura de la espada, aunque dañada por el calor, aún conservaba restos de su estructura de madera y estaba parcialmente envuelta en tela y piel de raya.

Mientras los restauradores trabajaban para descubrir los detalles ocultos bajo las capas de corrosión, descubrieron una pequeña férula en el mango, adornada con el motivo de Daikoku, uno de los siete dioses de la suerte de Japón. Daikoku es fácilmente reconocible por su emblemático martillo y su saco de arroz, símbolos de prosperidad y fortuna.

Vista detallada de la pinza de agarre (Fuchi) con el motivo de Daikoku, uno de los siete dioses japoneses de la suerte, con un martillo en la mano (derecha) y un saco de arroz (izquierda).

Vista detallada de la pinza de agarre (Fuchi) con el motivo de Daikoku, uno de los siete dioses japoneses de la suerte, con un martillo en la mano (derecha) y un saco de arroz (izquierda). (Anica Kelp/ © Museos estatales de Berlín)

Además, se encontraron decoraciones fundidas con motivos de crisantemos y líneas de flotación en la guarda de la espada, lo que indica aún más su origen japonés y la data del período Edo (siglos XVII al XIX).

Un examen con rayos X realizado antes de la restauración arrojó otra sorpresa. Las imágenes revelaron que la hoja originalmente era más larga, lo que indica que se había acortado en algún momento. El mango, que probablemente no formaba parte de la hoja original, se había añadido más tarde, utilizando solo uno de los dos agujeros visibles en la espiga. Esto sugiere que la espada se reutilizó como un wakizashi más corto, lo que hace que la hoja sea potencialmente más antigua que el mango y que se remonte al siglo XVI.

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Radiografía del wakizashi con los dos agujeros visibles en la espiga para colocar el mango de madera. Se comprobó que sólo uno de los dos agujeros se utilizó para colocar el mango que se añadió posteriormente.

Radiografía del wakizashi con los dos agujeros visibles en la espiga para colocar el mango de madera. Se descubrió que solo uno de los dos agujeros se utilizó para colocar el mango que se agregó posteriormente. (Anica Kelp/ © Museos estatales de Berlín)

El misterio del viaje del Wakizashi a Berlín

El descubrimiento de un wakizashi japonés en un sótano de Berlín plantea interesantes preguntas sobre su viaje a la capital alemana. En una época en la que Japón estaba prácticamente aislado del resto del mundo, ¿cómo acabó enterrada en Berlín esta arma de fina factura, normalmente reservada a dignatarios y samuráis?

Una posible explicación es que la espada podría haber sido un regalo de una de las misiones diplomáticas japonesas que visitaron Europa en el siglo XIX. La Misión Takenouchi en 1862 y la Misión Iwakura en 1873 fueron importantes iniciativas diplomáticas destinadas a fomentar las relaciones con las potencias occidentales, incluida Alemania. La proximidad de la zona de Molkenmarkt al Palacio de Berlín, donde estas misiones fueron recibidas por el rey Guillermo I (más tarde emperador Guillermo I), sugiere un posible vínculo. Sin embargo, los orígenes precisos de la espada y su conexión con los antiguos residentes de Stralauer Strasse siguen siendo especulativos.

Rebanando el pasado oculto de Berlín

Este hallazgo inesperado en Molkenmarkt pone de relieve la rica y compleja historia que se esconde bajo las calles de Berlín. Como señaló Matthias Wemhoff, arqueólogo estatal de Berlín y director del Museo de Prehistoria e Historia Temprana, el descubrimiento es un recordatorio de los sorprendentes objetos que esperan ser descubiertos en el suelo de Berlín.

Imagen superior: Vista detallada de la placa protectora de la espada japonesa (tsuba) con el motivo de crisantemo incrustado y fundido y las líneas de agua. Fuente: Anica Kelp/ © Museos estatales de BerlínMuseo für Vor- und Frühgeschichte

Por Modales de Gary

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