Ufología

¡Vaya señal! | Un misterio astronómico de hace 40 años puede haber sido un «láser natural»

Un nuevo estudio publicado por Abel Méndez, astrobiólogo de la Universidad de Puerto Rico, sugiere una nueva explicación para una misteriosa señal identificada en 1977, que continúa intrigando a los astrónomos. Él y sus colegas proponen que la emisión no provino de una civilización extraterrestre que intentaba comunicarse, sino de interacciones entre una nube de hidrógeno y una estrella de neutrones.

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  • ¡Vaya señal! | Esta estrella podría ser la fuente de la señal que nos intriga desde hace 43 años

Todo sucedió en la década de 1970, cuando el astrónomo Jerry Ehman estaba analizando impresiones de datos del telescopio Big Ear y encontró algo extraño. El instrumento identificó una emisión de radio extremadamente poderosa que duró 72 segundos, sorprendiendo tanto a Ehman que escribió “¡Guau!” cerca de la marca.

Desde entonces, esos datos se conocen como la señal «¡Guau!». Lo más curioso es que nunca se ha detectado nada parecido: los astrónomos hicieron observaciones como mucho similares a la señal original, pero fueron entre 60 y 100 veces más débiles. Méndez examinó detenidamente los datos recopilados por el Observatorio de Arecibo entre 2017 y 2020 y encontró cuatro señales curiosas acercándose a una pequeña estrella enana roja.

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El equipo describió tales señales como detecciones «fácilmente identificables como nubes interestelares de hidrógeno frío en la galaxia». Esto es importante porque, en ese momento, Big Ear estaba buscando señales cercanas a 1420 MHz de la línea de emisión de hidrógeno y, según los autores, el equipo encontró señales similares pero más débiles que Wow! original.

La enana roja no pudo producir las señales observadas, pero objetos como los magnetares sí. Son un subtipo de estrellas de neutrones (el núcleo colapsado de una estrella masiva) con potentes campos magnéticos y alguna vez se consideraron una posible explicación de Wow!. Este escenario ha sido descartado varias veces, pero el equipo de Méndéz propone que el mecanismo detrás de la señal podría ser una poderosa emisión de radiación que atraviesa una nube de hidrógeno frío.

El proceso haría que el gas produjera un potente pulso de radiación a casi 1420 MHz generando una onda láser natural, o máser, que conduciría a una concentración de luz en la línea de hidrógeno similar a ¡Guau!. Aquí es donde entran en juego los magnetares: podrían iluminar brevemente una nube de hidrógeno. Si un pulso de radiación procedente de ellos atravesara la nube, el hidrógeno se estimularía y generaría la emisión.

La explicación puede sonar frustrante para quienes esperaban alguna relación con seres extraterrestres, si es que existen, pero es bastante interesante para los astrónomos. Si se confirma, este escenario podría ayudar a los científicos a investigar futuras señales misteriosas y también ayudar a comprender las nubes de hidrógeno y los procesos que las estimulan.

El artículo con los resultados del estudio fue publicado en el repositorio arXiv.

Fuente: arXiv, ScienceAlert, IFLScience

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