Un par de agujeros negros supermasivos captados compartiendo una comida por primera vez
Se sabe que Galaxy 2MASX J21240027+340911 tiene un núcleo activo desde hace aproximadamente una década. En su núcleo, un agujero negro supermasivo se alimentaba de algún material interestelar, gas o polvo, que se acercaba demasiado. Recientemente, los astrónomos han descubierto una señal repetida de este objeto, lo que sugiere una mayor complejidad: no hay uno, sino dos agujeros negros supermasivos en el núcleo de esta galaxia, y comparten comida.
Los agujeros negros supermasivos tienen una masa combinada 40 millones de veces mayor que la del Sol y están a aproximadamente un día luz de distancia entre sí, aproximadamente a 26 mil millones de kilómetros (16 mil millones de millas). Están destinados a colisionar dentro de unos 70.000 años y se orbitan cada vez más cerca cada 130 días. Es este movimiento orbital el que dio lugar al evento repetitivo observado.
«Es un evento muy extraño, llamado AT 2021hdr, que se repite cada pocos meses», dijo en un comunicado la autora principal Lorena Hernández-García, astrofísica del Instituto Milenio de Astrofísica y la Universidad de Valparaíso en Chile. “Creemos que una nube de gas envolvió los agujeros negros. Mientras orbitan entre sí, los agujeros negros interactúan con la nube, perturbando y consumiendo su gas. Esto produce un patrón oscilante en la luz del sistema”.
Impresión artística del par de monstruosos agujeros negros arremolinándose en una nube de gas.
NASA/Aurore Simonnet (Universidad Estatal de Sonoma)
El estallido fue visto por primera vez por la ZTF (Zwicky Transient Facility) dirigida por Caltech en el Observatorio Palomar. La instalación continuó detectando el evento cada 60 a 90 días, y luego fue seguido por el telescopio Swift de la NASA.
“Aunque originalmente se pensó que esta llamarada era una supernova, los estallidos de 2022 nos hicieron pensar en otras explicaciones”, agregó la coautora Alejandra Muñoz-Arancibia, también del Instituto Milenio de Astrofísica y del Centro de Modelamiento Matemático de la Universidad de Chile. . «Cada evento posterior nos ha ayudado a perfeccionar nuestro modelo de lo que sucede en el sistema».
El equipo consideró múltiples posibilidades. Podría haber sido un comportamiento común en un núcleo activo. Alternativamente, podría haber sido una estrella que se acercó demasiado al agujero negro supermasivo, se desgarró y se consumió lentamente. Pero lo más convincente es un par de agujeros negros supermasivos envueltos en una nube de gas, dándose un festín mientras orbitan entre sí.
El equipo planea continuar monitoreando este evento para modelar mejor lo que está sucediendo, así como estudiar la galaxia anfitriona que se está fusionando. La galaxia está a mil millones de años luz de la Tierra.
El artículo se publica en la revista Astronomy & Astrophysics.