Patricia Sosa y su experiencia con los ovnis

La reconocida cantante argentina Patricia Sosa ha tenido una conexión única con el fenómeno OVNI que la ha marcado profundamente. Su relato sobre estas experiencias va más allá de la mera curiosidad y se adentra en un terreno de encuentros cercanos que muchos podrían envidiar. “Vi platos voladores con mis propios ojos, no me lo contaron. Y sigo viéndolos, a cada rato, hasta en el jardín de mi casa”, afirmó con convicción.

Un episodio que captura la esencia de sus vivencias tuvo lugar en el famoso cerro Uritorco, una localidad conocida por ser un punto de encuentro para aquellos interesados en los fenómenos extraterrestres. “Una noche estaba con mi sobrino, mostrándole las constelaciones. Le señalé lo que pensaba que eran Las Tres Marías, pero me di cuenta de que eran tres naves. Las saludé: ‘Wamanaica shimininca’, que en irvin, un idioma intergaláctico, significa: ‘En este encuentro te honro, señor’. Y las naves potenciaron su luz, brillaron más, se movieron y después desaparecieron. Esos reconocimientos me pasan a cada rato”, narró Sosa con emoción.

La experiencia de Patricia Sosa con los OVNIs se intensificó durante un viaje organizado por una mujer que lleva a personas al Uritorco para intentar hacer contacto con seres de otros mundos. “Yo mucho no creía, pero en realidad sí creía. Después me di cuenta, cuando los vi”, dijo la cantante, quien inicialmente se mostró escéptica. Esta anécdota refleja la dualidad entre la duda y la fe que muchos experimentan respecto a este tema.

“Lo que ocurre es que uno va hasta ese lugar esperando ver el show, que bajen las naves de Spielberg. Al principio aparecieron unas luces, cuando fui por segunda vez, a las 12 de la noche empezamos a escalar la montaña. Imaginen la escena, 12 de la noche, solas, en la montaña. Escalamos durante una hora y media”, compartió sobre la experiencia que cambiaría su perspectiva.

Y prosiguió: «Estaba con dos amigas más. La señora iba adelante, y de pronto dijo: ‘En este momento se van a acercar dos naves, por la izquierda’. Efectivamente, arriba de las copas de los árboles venían unas luces de un gran tamaño. La mujer dijo: ‘Es la energía lo que podemos ver, no el platillo’».

La conexión entre Patricia Sosa y el Uritorco se hizo más evidente cuando, durante aquel encuentro nocturno, la guía le sugirió que cantara. «Cuando cantaba, mi voz sonaba maravillosamente bien, con ese eco único que ofrecía la naturaleza”, explicó. Sus amigas, conmovidas por la situación, y ella misma no pudieron contener las lágrimas.

“Mis amigas lloraban, yo misma lloraba, cuando de repente, en ese silencio y oscuridad, se empezó a encender el Uritorco, como si fuera una luz de neón. Y salieron por los menos 20 naves. Se vinieron al precipicio, y empezaron a rodearnos. De una salían dos. Lo recuerdo, y se me pone la piel de gallina, porque fue para mí una revelación muy enorme, que me emociona”, concluyó Patricia Sosa, subrayando la magnitud de su experiencia personal con los OVNIs y cómo esta ha dejado una huella imborrable en su vida.