Ciencia

Meteorito Allende: La roca espacial que cayó a la Tierra y que contiene proteínas extraterrestres y polvo más antiguo que el Sol

Lo que sabemos sobre el nacimiento del Sol proviene de los numerosos viveros estelares que podemos observar en otras partes del Universo. La evidencia directa es rara, los elementos y moléculas que estaban presentes allí han cambiado hasta convertirse en lo que es ahora el Sistema Solar. Pero algunas de esas moléculas persisten y hemos tenido la suerte de conseguirlas con entrega a domicilio: llegaron a nosotros dentro de meteoritos que cayeron sobre la Tierra.

Las motas de polvo más antiguas que el Sol se conocen como granos presolares y sobreviven en varios meteoritos. Uno de los ejemplos más interesantes de este tipo de rocas espaciales es el meteorito Allende, por diversas razones científicas. Pero retrocedamos el reloj exactamente 55 años. 8 de febrero de 1969. A la 1:05 hora local, una brillante bola de fuego ilumina el cielo sobre el estado mexicano de Chihuahua.

Tiene aproximadamente el tamaño de un automóvil que se mueve a unos 16 kilómetros (10 millas) por segundo. El paso a través de la atmósfera es fatal, el asteroide se desgarra y miles de fragmentos se extienden sobre una enorme superficie. Este se convertirá en uno de los campos de meteoritos más grandes conocidos, con un área de 8 por 50 kilómetros (5 por 30 millas). Aún hoy se siguen encontrando fragmentos.

Se trata de una condrita carbonosa, una clase específica de meteorito, el más primitivo conocido y bastante raro. Menos del 5 por ciento de todos los meteoritos que caen son condritas carbonosas. Y entre los Allende es, con diferencia, el más grande. Las muestras encontradas van desde 110 kilogramos (240 libras) hasta un solo gramo (0,035 onzas). En total se han encontrado y estudiado dos toneladas, y qué información han aportado los científicos.

El meteorito es rico en inclusiones de calcio y aluminio o CAI. Se encuentran entre las formaciones más antiguas de todo el Sistema Solar. Dentro del CAI, los investigadores han encontrado, por ejemplo, carburo de silicio que se espera que tenga una edad de 7 mil millones de años. Dos mil millones de años más viejo que el Sol.

El CAI también ha proporcionado información sobre el entorno de la nebulosa presolar y ha aportado pruebas que respaldan un escenario. La composición de esos granos sugiere que sólo un par de millones de años antes del nacimiento del Sol, una supernova explotó muy cerca. Los científicos creen que esto podría haber influido, a través de las ondas de choque, en la formación del Sistema Solar.

Y no son sólo los elementos anteriores al Sol los que han intrigado a los científicos. En este objeto se han encontrado moléculas orgánicas más complejas: aminoácidos, polímeros e incluso lo que se propone son fragmentos de una proteína completa. Los fragmentos en Allende, y el entero en el meteorito Acfer 086, constituirían la primera proteína extraterrestre jamás encontrada.

Los meteoritos son tesoros escondidos y los científicos están ansiosos por encontrar tantos como sea posible. Recientemente, un bólido se rompió sobre Alemania y los investigadores buscaron fragmentos en los días siguientes. Encontraron muchos (no tantos como Allende) y resultó ser un tipo aún más raro.

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