Las auroras polares de mayo fueron causadas por una tormenta solar
Este mes de mayo se observaron fuertes auroras polares en numerosos países, desde países europeos -como Portugal, Reino Unido e Italia- hasta sudamericanos -como Argentina y Chile-. Los científicos afirman que el fenómeno se intensificó debido al máximo solar que provocó tormentas de partículas desde nuestra estrella.
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Roberto Dell’aglio Dias da Costa, profesor del Instituto de Astronomía, Geofísica y Ciencias Atmosféricas (IAG) de la Universidad de São Paulo (USP), explicó la formación de las auroras y señaló los fenómenos comunes del Sol que influyen en la Formación de los llamativos colores de las auroras.
El Sol y las auroras polares
Costa afirma que, en realidad, las auroras son fenómenos que ocurren en ambas regiones polares del planeta; son, en realidad, auroras polares, recibiendo el nombre de aurora boreal cuando ocurren en el norte y aurora australis cuando ocurren en el sur.
Al haber más seres humanos habitando la región norte, como en Canadá, Escandinavia y Rusia, es común ver más registros de este hemisferio. En el sur, sólo unos pocos científicos habitan la Antártida estacionalmente, lo que hace que los registros sean más raros. En otros planetas se producen los mismos fenómenos magnéticos: en Júpiter y Saturno, por ejemplo, hay luces del norte y del sur.
Las auroras se originan en la estrella principal del sistema solar. El Sol lanza electrones y protones cargados hacia nuestro planeta, que al llegar interactúan con el campo magnético terrestre y con los átomos de hidrógeno y oxígeno de la atmósfera. Esto genera luces y colores muy intensos, lo que provoca las famosas auroras. En el caso de la tormenta solar de mayo, sus efectos se notaron incluso en el fondo marino.
El fenómeno solar, según Costa, es esperable: los máximos solares ocurren cada 11 años y el próximo debería alcanzar su punto máximo a finales del segundo semestre de este año. Las explosiones y las manchas solares se vuelven más comunes durante este período, y esta vez tuvieron un mayor impacto en la aurora, rivalizando solo con el máximo de 2002; en 2013, la actividad fue menor.
En cuanto a los efectos físicos, el científico dice que lo más que puede ocurrir son ligeros problemas en los sistemas GPS, debido a la perturbación de tormentas muy fuertes en los satélites.
Fuente: Universidad de São Paulo