Ufología

Webb desafía las teorías sobre los agujeros negros supermasivos

James Webb observó una galaxia cuya luz tardó casi 13 mil millones de años en llegar a la Tierra y podría ayudar a resolver uno de los misterios de la astronomía: ¿cómo pudo un agujero negro volverse supermasivo apenas unos pocos millones de años después del Big Bang?

  • Vea el tamaño de los agujeros negros supermasivos en relación con el Sol
  • Se observa por primera vez el despertar de un agujero negro supermasivo

Al observar la galaxia J1120+0641, los astrónomos vieron una imagen de hace 12.900 mil millones de años (una época conocida como el universo temprano) y midieron la masa del gigantesco agujero negro en su núcleo.

Los resultados en sí no son nada nuevo, pero no encontraron ningún mecanismo de alimentación de agujeros negros súper eficiente. Esto dejó una pregunta persistente: ¿cómo pudo crecer tanto sin una “súper comida”?

Continúa después de la publicidad.

A los científicos ya les resulta muy difícil comprender cómo pudieron existir agujeros negros supermasivos en el universo primitivo. En teoría, se necesitarían mucho más que unos pocos millones de años para evolucionar tanto, incluso si se alimentan de mucha materia.

Un quásar como cualquier otro

El núcleo de la galaxia J1120+0641 es lo suficientemente activo y brillante como para colocarlo en la categoría de cuásar. Esto significa que su agujero negro central está devorando algo de materia, más concretamente una gran nube de gas y polvo.

Hay muchos quásares como este en todo el universo, varios de ellos mucho más jóvenes y más cercanos a la Vía Láctea. Sus mecanismos de alimentación de materia (polvo, gas y, en ocasiones, estrellas) son responsables del aumento de tamaño y masa de los agujeros negros.

Sin embargo, este mecanismo no es lo suficientemente eficaz como para conferir “supermasa” a un agujero negro. Los modelos astronómicos muestran que, gracias a este tipo de nutrición, los objetos tardarían mucho más que unos pocos cientos de millones de años en evolucionar tanto.

Así, los investigadores imaginaron que, si los supermasivos del universo primitivo crecieron tanto exclusivamente a través de la alimentación de materia, el mecanismo tendría que ser ultraeficaz, es decir, diferente de lo que se observa en los quásares ya evolucionados.

Sin embargo, las expectativas se vieron contradichas con el nuevo descubrimiento: el mecanismo de alimentación del quásar J1120+0641 es exactamente el mismo que el de los demás. No hay nada especial allí que explique cómo se convirtió en un agujero negro supermasivo en sólo 770 millones de años.

Continúa después de la publicidad.

Pero esto podría ser una buena noticia si se pone desde otra perspectiva: tal vez los astrónomos puedan eliminar el mecanismo de “alimentación ultraeficiente” para explicar la evolución de los cuásares en el universo primitivo.

Ya se han propuesto muchas hipótesis para explicar el crecimiento acelerado de los cuásares antiguos. Para saber cuál es la correcta, los investigadores deben observar muchas muestras (y James Webb ha sido una herramienta crucial para ello) y eliminarlas una por una.

Al descartar varias de estas soluciones, los autores del nuevo estudio sospechan que una de ellas parece más coherente: los agujeros negros supermasivos comenzaron desde el principio con al menos cien mil masas solares.

Fuente: Naturaleza

Facebook Comments Box

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba