La mayor erupción solar de los últimos años podría haber golpeado a Venus
El lunes (20), el Sol provocó una erupción que parecía sencilla. Sin embargo, los investigadores pronto se dieron cuenta de que se trataba de un evento importante, el más grande en el actual ciclo de 11 años, producido por la gran mancha AR3664, la misma que provocó las grandes auroras en todo el planeta a principios de mes.
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Actualmente nos encontramos en el ciclo solar 25, que comenzó en 2019, y nos acercamos al periodo conocido como máximo solar. Es en este momento cuando el Sol aumentará su actividad, produciendo explosiones y expulsando plasma de su atmósfera superior, la corona.
El día 14, la región de manchas solares AR3664 emitió una erupción clasificada como X8.7, la mayor de los últimos años. Este es el mismo lugar que formó la eyección de masa coronal (CME) responsable de las auroras rojas y las luces del sur de la tormenta geomagnética más grande desde 2003.
Después de esta serie de eventos, la mancha gigante giró hacia el lado opuesto del Sol, volviéndose invisible para la Tierra y los satélites espaciales que monitorean nuestra estrella. Pero eso no significa que dejó de “prepararse”; es posible que haya causado un gran evento que, afortunadamente, no pudo afectar nuestro planeta.
Venus, sin embargo, no tuvo tanta suerte, al igual que la nave espacial BepiColombo, que probablemente fue duramente golpeada por una gran CME. Esto significa que la explosión de AR3664 expulsó una enorme nube de plasma de la corona solar, tal vez suficiente para perturbar nuestros satélites de comunicaciones en órbita.
Es difícil calcular la magnitud del evento, ya que no hay sondas espaciales capaces de capturar buenas imágenes en la cara oculta del Sol, en comparación con la SDO de la NASA, que está en esta cara y ofrece las increíbles imágenes que solemos ver. Pero hay instrumentos, como el STIX, a bordo del Solar Orbiter de la ESA, que han realizado lecturas interesantes.
Incluso con datos STIX, cualquier estimación de la ubicación de la explosión y la magnitud de los eventos (explosión y CME) es imprecisa e incierta. Pero algunos investigadores que estudian la actividad solar estiman que la erupción fue algo cercana a X12, que es mucho mayor que el récord del 14 de mayo.
Los modelos numéricos indican que la CME viajó hacia Venus a una velocidad de hasta 2.678 km/h, lo suficientemente rápido como para ser clasificado como raro. Además de llegar a Venus, los modelos indican que la nave espacial BepiColombo, lanzada para estudiar el planeta Mercurio, fue bombardeada por plasma de esta CME.
Si, por un lado, podemos dar un suspiro de alivio tras escapar de esta tormenta solar, por otro, debemos permanecer alerta: si fue producida por el famoso AR3664, significa que esta mancha sigue siendo grande y muy activa. y quizás sobreviva para completar el viaje alrededor del Sol y regresar al lado que mira a la Tierra.
Es por situaciones como ésta que los científicos del clima espacial trabajan día y noche monitoreando nuestra estrella, con el objetivo de garantizar que ningún evento catastrófico provoque algún tipo de apocalipsis en Internet. Si pueden predecir las tormentas solares a tiempo, se podrán adoptar soluciones para mitigar los daños a los satélites en órbita.