¿Fue Lucy la primera corredora de larga distancia?

Lucy, nuestra antepasada de la especie de 3,2 millones de años Australopithecus afarensisPuede que no haya ganado el oro en los Juegos Olímpicos, pero nueva evidencia sugiere que sí. era capaz de correr erguido. Según simulaciones digitales desarrolladas por investigadores del Reino Unido y los Países Bajos, Lucy habría podido alcanzar velocidades máximas de 4,97 metros por segundo (16,3 pies por segundo).
Esto significa que rápidamente sería superada por el corredor promedio del siglo XXI, que puede alcanzar un ritmo de 7,9 metros por segundo (25,9 pies por segundo), y completamente superada por Usain Bolt, que corrió un promedio de 10,44 metros por segundo (34,2 pies por segundo) en su sprint récord de 2009.
Para crear estas simulaciones, el esqueleto de Lucy se combinó con características musculares observadas en los simios modernos y se agregó al software existente desarrollado para demostrar el movimiento en animales. A pesar de no tener el tendón de Aquiles largo y las fibras musculares más cortas de las piernas que apoyan el rendimiento de carrera en los humanos hoy en día, parecía capaz de correr sobre dos piernas. Sin embargo, es poco probable que hubiera pasado mucho tiempo corriendo por diversión. Para analizar el gasto de energía, los investigadores también agregaron músculos del tobillo humano a la Lucy simulada. Descubrieron que correr habría sido mucho más difícil para ella que para nosotros.
Los autores del estudio dicen que las simulaciones dan peso a la teoría de que los humanos evolucionaron específicamente ciertos rasgos para mejorar su rendimiento al correr; no fue simplemente «un subproducto de la selección para mejorar las capacidades de caminar». Según algunas teorías, los humanos desarrollaron la habilidad de correr largas distancias para poder cazar animales. Esta es una hipótesis que ha sido respaldada por estudios recientes.
Lucy y sus parientes eran un grupo de homínidos que habitaron África Oriental hace entre 2,9 y 3,9 millones de años. El tamaño de una pinta A. afarensis Tenía una mezcla de rasgos simiescos y humanos, de ahí el apodo de “el eslabón perdido”.
Este es sólo el último descubrimiento relacionado con Lucy, cuyos huesos fosilizados fueron descubiertos en Etiopía hace cincuenta años. Gracias a la excelente conservación de su esqueleto, ha sido una valiosa fuente de conocimiento para los antropólogos.
El estudio se publica en la revista Current Biology.