El taladro, una de las muestras de la tecnología avanzada del antiguo Egipto
El taladro es la tecnología avanzada del antiguo Egipto. ¿Quieres saber por qué? Mira.
El Museo Petrie de Arqueología Egipcia, situado en Londres (Inglaterra) guarda un hallazgo sorprendente realizado cerca de las pirámides de Giza. Este objeto es conocido como “UC16036”, pero su fama se debe al nombre de “Núcleo 7”, una muestra de la tecnología avanzada del antiguo Egipto. Muchos buscan información sobre el «núcleo 7 egipcio wikipedia» para comprender su importancia histórica y tecnológica.
A finales del siglo XIX, el arqueólogo británico Flinders Petrie realizó un hallazgo sorprendente cerca de las pirámides de Guiza. Se trata de un cilindro de granito de 4500 años de antigüedad que se conserva en el Museo Petrie de arqueología egipcia en Londres.
Este cilindro fue catalogado como UC16036 y es más conocido como el «núcleo 7 egipto». Pero, ¿qué tiene de especial este fragmento de historia? Se considera una evidencia irrefutable de alta tecnología en el Antiguo Egipto y de la utilización de técnicas y herramientas tan avanzadas que incluso hoy desconocemos.
El «núcleo siete» es el interior de uno de los perfectos agujeros que se realizaron en la antigüedad en una roca de granito. Representa el desecho de una especie de taladro y nos ofrece pistas sobre la técnica de perforación empleada, siendo una de las pocas pruebas asombrosas que han sobrevivido hasta nuestros días.
Se conservan murales que muestran a los egipcios utilizando un arco y herramientas de bronce para cortar la roca. Sin embargo, con esas técnicas solo podían trabajar bloques de cal o arenisca, nunca cortar granito duro y mucho menos de la forma tan perfecta y equilibrada como se muestra en los taladros y otros cortes hechos en roca que dejan a los expertos asombrados.
Oficialmente, estas increíbles obras se atribuyen a los egipcios, aunque el objeto del «núcleo 7 egipto wikipedia» demuestra que debió ser una civilización mucho más avanzada.
Algunos cuencos y vasijas de los museos de todo el mundo son tan perfectos que cuesta creer que hayan sido creados por los egipcios. Muchos están hechos de materiales blandos como el alabastro, pero también los hay de roca tan dura como el granito, basalto o diorita. Aunque también se atribuyen a los egipcios, su autoría podría ser mucho anterior a ellos, quizás de la época predinástica, cuando utilizaron una tecnología impensable para aquel tiempo e incluso para el nuestro.
Hace unos años, se realizó un experimento en el cual intentaron replicar un agujero similar con un taladro de arco, como los que, según la historia oficial, usaban en aquella época. Sin embargo, tras varios intentos, fue imposible alcanzar el mismo resultado, ya que el «nucleo 7 egipcio» es un cilindro demasiado perfecto, con líneas regulares en forma de espiral a lo largo de toda su superficie. Aunque parezcan paralelas, el surco recorre todo el cilindro de un solo trazo.
Este resultado es el que esperaríamos si utilizáramos un taladro moderno con cabeza de diamante, pero aún así no lograríamos una precisión idéntica. Esta es una tecnología que apenas conocemos desde hace poco más de 100 años.
Todo indica que utilizaron un taladro mucho más potente de lo que hoy conocemos, ya que, según el espacio y la profundidad del surco, se puede determinar la fuerza empleada por la máquina. En el caso del «nucleo 7 egipcio», los surcos sugieren que difícilmente podríamos conseguir algo similar con la tecnología actual.
A pesar de todas las pruebas de alta tecnología que existen, estos hallazgos se siguen viendo como algo normal, una creación de los egipcios que, con herramientas rudimentarias, construyeron prodigios inigualables. Mientras tanto, los egiptólogos oficiales argumentan con explicaciones poco convincentes.
También cabe destacar otro cilindro expuesto en el Museo Petrie, catalogado como UC44985, que se extrajo del interior de un taladro realizado en roca basáltica y que, a su vez, tiene otro taladro en su núcleo, algo verdaderamente extraordinario.
Curiosamente, este tipo de orificios también los podemos encontrar en las ruinas de Tiahuanaco y Puma Punku en Bolivia, así como en Sacsayhuamán, Perú, todos realizados con una increíble perfección.
Esto demuestra que en el pasado hubo varias civilizaciones que, aparte de tener una tecnología muy avanzada, tuvieron contacto entre sí. Realizaban obras maestras de perforación con facilidad en la antigüedad, pero, incluso con estas pruebas, la historia oficial sigue sin reconocerlo.
Esperamos que algún día se termine esta manipulación de información y se ofrezca al mundo la verdad que se merece.