Ciencia

El primer ferrocarril en la Luna podría realizarse la próxima década

Tener una presencia humana permanente en la superficie lunar requiere poder utilizar los recursos que se encuentran en la Luna; no todo se puede traer desde la Tierra. Pero es poco probable que la base esté en el punto caliente de todo lo que necesita. Algunas cosas tendrán que ser transportadas. Los coches (buggies) en la Luna no son nada nuevo, pero los investigadores están considerando algo bastante diferente: un sistema ferroviario levitante.

El proyecto se llama FLOAT, que significa levitación flexible en una pista. El objetivo es proporcionar un transporte de carga útil que sea autónomo, confiable y eficiente. Su objetivo es mover cargas útiles hacia y desde las zonas de aterrizaje de naves espaciales hasta la base, y transportar suelo lunar (regolito) desde la ubicación minera hasta el lugar donde se extraen los recursos o donde se utiliza el suelo para la construcción.

Lo interesante de esta tecnología es que las vías no son fijas. Se desenrollan directamente sobre el regolito lunar, por lo que FLOAT necesita una preparación mínima del sitio. Los robots levitantes se moverán sobre las vías, y no tener ruedas ni patas es una ventaja, ya que no tienen que lidiar con el afilado regolito y su poder dañino.

La pista de película flexible está hecha de una capa de grafito que permite la levitación diamagnética, mientras que un circuito flexible genera empuje electromagnético. La tercera capa es en realidad opcional, pero es un panel solar, por lo que cuando recibe luz solar, el sistema ni siquiera requiere energía externa. Si bien los robots pueden tener diferentes tamaños, el equipo estima que cada día se pueden mover 100 toneladas de material a varios kilómetros.

FLOAT es uno de los seis Conceptos Avanzados Innovadores (NIAC) de la NASA que han pasado a la fase II. Otros incluyen un nuevo sistema de propulsión para enviar astronautas a Marte rápidamente y un concepto de telescopio espacial líquido. Para FLOAT, la fase II se centrará en diseñar y fabricar una versión reducida del sistema que se probará en un entorno análogo a la Luna, así como en una mejor comprensión de los impactos ambientales en las pistas y los robots, y qué más se necesita para convertir este concepto en una realidad.

«Estos conceptos diversos, parecidos a la ciencia ficción, representan una clase fantástica de estudios de Fase II», dijo John Nelson, ejecutivo del programa NIAC en la sede de la NASA en Washington, en un comunicado. «Nuestros becarios del NIAC nunca dejan de sorprender e inspirar, y esta clase definitivamente le da a la NASA mucho en qué pensar en términos de lo que es posible en el futuro».

Estos proyectos recibieron $600.000 para continuar investigando su viabilidad. El líder de FLOAT es Ethan Schaler, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA. Si el sistema continúa mostrando sus capacidades, podría convertirse en una infraestructura crucial en la Luna ya en la década de 2030.

También se han anunciado proyectos de la Fase I y las propuestas van desde nuevos diseños de telescopios, tecnologías para hacer a Marte menos tóxico e incluso un enjambre de diminutas naves espaciales que podrían viajar a nuestras estrellas más cercanas en un par de décadas.

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