¿Cómo acabó en el desierto el barco portugués ‘Bom Jesus’?

Los portugueses siempre fueron admirados como marinos de renombre. Durante el Período Moderno Temprano, los portugueses estuvieron entre los exploradores, navegantes y comerciantes de larga distancia más destacados del mundo. Pero aun así, estos viajes estaban llenos de peligros. Navegar en barcos en esta época no era una tarea fácil e implicaba mucho riesgo. “Bom Jesus” era un buque de guerra bien construido, pero aun así cayó presa de los mares traicioneros. Zarpó de Lisboa, Portugal, el 7 de marzo de 1533, y nunca más se supo de él. Sin embargo, en 2008, unos 475 años después, sus restos de un naufragio fueron descubiertos al otro lado del mundo de distancia, en la costa del sur de Namibia. ¿Qué pasó con el Buen Jesús? ¿Y qué pasó con su valioso cargamento?
- La desgracia del Bom Jesus, el naufragio del diamante
- La ciencia forense acuática revela los casos fríos y húmedos de los naufragios de Australia
https://www.youtube.com/watch?v=jLuhRE0JiYY%22%20title=%22SHIPWRECK%20FOUND%20IN%20DESERT
El Buen Jesús, desaparecido
Los marineros portugueses eran muy conocidos por sus viajes de larga distancia, que, en la época, se consideraban una empresa importante. Portugal comerciaba habitualmente con China, India y Japón, y los viajes a estos países podían durar hasta dos años. Por supuesto, en 1533 la comunicación era difícil y una vez que el barco zarpara, no sería tan fácil escribir a la capital. Cuando el “Bom Jesus” zarpó en marzo de 1533, la gente esperaba su regreso en aproximadamente dos años. Pero cuando nunca regresó a su puerto de origen, surgieron sospechas y muchos sospecharon de su oscuro destino.
El barco en sí era de muy alta calidad. Fue elaborado a principios del siglo XVI, durante el reinado del rey Manuel I de Portugal. Esta fue una época de gran expansión para el Imperio portugués, y el comercio naval a larga distancia jugó un papel importante en esta expansión. El barco era de navegación oceánica y pertenecía a la clase de barcos portugueses conocidos como nau. Estos buques fueron la clave para el dominio del imperio en las principales rutas comerciales navales y lo convirtieron en pionero de los viajes oceánicos. El comercio con la India y el este de Asia era increíblemente lucrativo y los portugueses estuvieron entre los primeros en llegar a estas zonas. Sin embargo, llegar a estas zonas era peligroso, ya que podían ocurrir muchos acontecimientos inesperados, desde tormentas hasta piratas.
- El ancla de pilar de piedra más grande del mundo del período arcaico encontrada en un naufragio en el Egeo
- Decenas de naufragios que datan de miles de años encontrados en el mar Egeo
Retrato del rey Manuel I en la Sala dos Capelos de la Universidad de Coimbra. (Universidad de Coimbra/CC BY-SA 4.0)
Entonces, el Bom Jesus fue diseñado específicamente para este propósito. Era mejor, más grande y más fuerte que otros barcos de la marina, para poder soportar el largo viaje y traer de regreso una carga más valiosa. Por desgracia, después de zarpar, nunca más se supo del barco. Su destino siguió siendo un misterio durante siglos y muchos sospechaban que, por supuesto, se había hundido en algún lugar de las aguas del mundo. Estas sospechas se confirmaron 475 años después, cuando el Bom Jesus fue descubierto en el fondo del océano, en 2008.
Todo indica que el barco se hundió durante una violenta tormenta que lo atrapó aquí, provocando que encallara y se hundiera. El naufragio fue enterrado bajo arena, preservado para quienes lo descubrirían y contarían su trágica historia.
Un tesoro escondido bajo las olas
El naufragio se encontraba cerca de la costa y fue descubierto accidentalmente por trabajadores de una empresa minera de diamantes que realizaban excavaciones a lo largo de la costa de Namibia. Un trabajador tropezó con lingotes de cobre y pronto se dio cuenta de que eran de origen antiguo. Pronto se llamó a representantes del Instituto Sudafricano de Arqueología Marítima (SAIMA) y se conoció la verdadera magnitud del descubrimiento.
Ubicación de Bom Jesus en Namibia (Cochera/CC BY-SA 3.0)
El barco, dividido en tres secciones, estaba notablemente bien conservado, gracias a los gruesos sedimentos arenosos que lo recubrían y evitaban que se pudriera. Gracias a la gran preservación y a los esfuerzos internacionales para proteger el sitio, se recuperaron del Bom Jesus la asombrosa cantidad de 40 toneladas de carga bien conservada. La mayor parte del cargamento consistía en 1.845 lingotes de cobre que pesaban aproximadamente entre 16 y 17 toneladas, todos fabricados por la familia Fugger, en Augsburgo, Alemania. También se incluyeron más de 2000 monedas de oro y plata de varias naciones diferentes, incluidas España, Venecia y Francia, y 105 preciosos colmillos de elefante que pesaban alrededor de 2 toneladas. Otros cargamentos incluían muchos cañones, espadas, textiles, aparatos astronómicos, instrumentos de navegación y objetos preciosos.
Este cargamento supuso una importante visión de las rutas comerciales de la época y demostró que existían fuertes vínculos económicos que se extendían desde Europa Central hasta África y hasta el este de Asia. El naufragio de Bom Jesus también fue una importante muestra de las técnicas de construcción naval portuguesa de la época, así como de las herramientas de navegación que utilizaban. Los métodos de navegación rudimentarios pero innovadores reflejan claramente las ambiciones de los marineros, que rápidamente se aventuraron hacia lo desconocido, esencialmente aislados del resto del mundo.
El mundo conectado a través del comercio
Sin embargo, la parte más importante del descubrimiento fue el cargamento. Muestra una conexión compleja entre los recursos africanos de lujo, la financiación europea y los mercados asiáticos distantes. Se trataba de una profunda red de interacciones intercontinentales y muestra el comienzo de una economía verdaderamente globalizada.
El naufragio de Bom Jesus sigue siendo el más antiguo conocido y valioso jamás descubierto frente a la costa occidental del África subsahariana. Se están realizando esfuerzos para preservar la carga y el barco en tanques de agua salada, hasta que puedan ser transportados de manera segura a Lisboa, para su conservación y exhibición en un museo. Desgraciadamente, la falta de cooperación y permiso de los funcionarios namibios impide realizar más trabajos importantes. Así que, por ahora, el Bom Jesus descansa en su tumba de agua.
Imagen de Portada: Una pintura de un barco portugués en el agua. Fuente: Dominio Público
Por Aleksa Vučković