Astrofotógrafo capta una espectacular eyección de plasma del Sol en Mercurio
Ayer, una de las prominencias solares más largas vistas en años provocó que el Sol expulsara una gran eyección de masa coronal (CME). Se estima que la prominencia alcanzó una longitud mayor que la distancia entre la Tierra y la Luna, alrededor de 380.000 kilómetros (236.000 millas). Aunque las CME son comunes tan cerca del máximo solar, esta destaca un poco, tanto porque parece dirigirse directamente hacia Mercurio como porque se han capturado algunas imágenes notables.
Las eyecciones de masa coronal son la causa de las auroras y de la actividad asociada a ellas. Se producen cuando las erupciones solares levantan el campo magnético y el plasma del Sol y los expulsan al espacio.
No todas las erupciones, ni siquiera todas las grandes, producen eyecciones de masa coronal, que es una de las cosas que dificultan la predicción de la actividad solar. Cuando se producen, las partículas cargadas que se desprenden del Sol pueden, si se dirigen hacia la Tierra, ser canalizadas por la magnetosfera hacia los polos, donde se ionizan y excitan átomos que liberan luz a medida que regresan a su estado fundamental.
Mercurio no tiene atmósfera, por lo que hasta hace poco se pensaba que no ocurriría nada interesante cuando lo alcanzara una eyección de masa coronal. Sin embargo, hace un año se publicaron pruebas que demostraban que provocaba algo que sería tan espectacular como una aurora para cualquiera que pudiera ver en la parte de rayos X del espectro. Los electrones de la eyección de masa coronal llegan a la superficie sin impedimentos, lo que hace que las propias rocas emitan fluorescencia en longitudes de onda de rayos X, tras comprimir la magnetosfera de Mercurio.
Es fácil sentir que el Sol se dio cuenta, porque en marzo lanzó una importante CME hacia Mercurio, y ahora ha enviado otra hacia el pequeño planeta.
Lamentablemente, la sonda SOHO de la NASA sólo captó una parte del evento, pero aun así es una vista espectacular.
Crédito de la imagen: NASA SOHO
Con suerte, esto seguirá sucediendo porque en diciembre del año que viene, si todo va bien, la sonda BepiColombo entrará en órbita alrededor de Mercurio. Ya ha realizado tres sobrevuelos de su destino, utilizando la gravedad del planeta para ajustar su trayectoria alrededor del Sol, como hizo dos veces con Venus, para permitir una eventual inserción orbital. Todavía quedan tres sobrevuelos más. Los datos de una de estas visitas rápidas fueron los que alertaron a los astrónomos sobre la fluorescencia de rayos X, por lo que si una CME impacta mientras la nave está en órbita, los beneficios científicos podrían ser enormes. Si el máximo solar continuará durante tanto tiempo aún está por verse.
El Observatorio de Dinámica Solar de la NASA solo captó una parte del CME, ya que estaba siendo calibrado, pero el Sensor de Imágenes Solares Ultravioleta GOES-16 de la NOAA lo captó todo, al igual que el Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO) de la NASA, cuyas imágenes se muestran arriba.
Sin embargo, todas ellas fueron superadas por el astrofotógrafo argentino Eduardo Schaberger Poupeau. Schaberger Poupreau, un frecuente ganador de premios de astrofotografía, tiene muchas imágenes solares anteriores en su Instagram, pero incluso entre ellas, la que aparece en la parte superior de esta historia se destaca.
“Esta tarde, a pesar de la enorme turbulencia de la atmósfera (durante el invierno, mi «seeing» es muy malo), logré fotografiar una gigantesca lengua de plasma en el Sol con mi telescopio H-alpha”, dijo Poupea a Spaceweather.com.
“Mientras observaba, la prominencia siguió creciendo y alcanzó una altura impresionante de más de 380.000 km, ¡más que la distancia entre la Tierra y la Luna! Este fenómeno solar fue realmente espectacular. La gigantesca lengua de plasma se extendió como una serpiente de fuego. La magnitud y la belleza de este evento me dejaron asombrado, recordándome una vez más la majestuosidad y el poder del universo que nos rodea”.