Civilizaciones Antiguas

Ahora sabemos exactamente cuándo se conectaron los humanos y los neandertales

A pesar de desaparecer hace unos 40.000 años, los neandertales siguen viviendo en el ADN de la mayoría de los humanos modernos. La persistencia de estos genes antiguos indica que a nuestros ancestros lejanos les gustaban los homínidos fornidos y de nariz grande, y una nueva investigación ha revelado exactamente cómo se desarrollaron estos tiempos sexys entre especies.

Se estima que entre el 1 y el 4 por ciento de los genomas de todos los humanos no africanos vivos en la actualidad provienen de neandertales. Estos genes han ayudado a moldear nuestra apariencia y comportamiento, aunque hasta ahora los investigadores habían luchado por recrear los encuentros que resultaron en este intercambio de material genético.

Para reconstruir la historia, los autores de un estudio aún no revisado por pares analizaron los genomas de 59 antiguos Homo sapiens individuos, todos con edades comprendidas entre 45.000 y 2.200 años. De ellos, 33 vivieron hace más de 10.000 años, siendo el famoso hombre Ust’-Ishim de Siberia uno de los más antiguos de todos.

Luego, estos genomas prehistóricos se compararon con los de 275 humanos actuales de todo el mundo. Utilizando software informático, los investigadores pudieron rastrear la evolución de los genes neandertales a lo largo de los milenios y calcular exactamente cuántas generaciones habrían necesitado para que divergieran de la forma en que lo hicieron.

“Al medir la covarianza de ascendencia de cada uno de los 16 individuos antiguos que vivieron entre 40.000 y 20.000 años [years ago]», inferimos que el flujo genético de los neandertales se produjo entre 321 y 950 generaciones antes de que vivieran estos individuos», escriben los autores del estudio. Más específicamente, descubrieron que el flujo de ADN neandertal hacia el genoma humano moderno se produjo durante un período de 6.832 años, siendo el tiempo promedio de introgresión hace 47.124 años.

En otras palabras, el romance entre Homo sapiens y los neandertales comenzaron hace unos 47.000 años y duraron casi siete milenios.

El impacto total de estas caricias prehistóricas es algo que todavía estamos tratando de desentrañar, aunque está claro que la ascendencia neandertal no se encuentra en todas las regiones de nuestro genoma. Algunas regiones están completamente desprovistas de ADN neandertal y, por lo tanto, se las conoce como «desiertos arcaicos», mientras que otras contienen niveles inusualmente altos de variantes neandertales.

Esto sugiere que gran parte del material genético que recogimos de nuestros antiguos primos probablemente era nocivo y, por tanto, desapareció gracias a la selección natural. Sin embargo, ciertos genes pueden haber conferido ventajas de supervivencia y se transmitieron de generación en generación.

Al explorar estos llamados «candidatos de introgresión adaptativa», los investigadores encontraron 347 genes neandertales que están bien conservados en poblaciones antiguas y actuales, «lo que sugiere que muchos de estos genes fueron inmediatamente beneficiosos para los humanos modernos cuando encontraron nuevos presiones ambientales fuera de África”.

Según los investigadores, estos útiles genes neandertales se encuentran en gran medida en regiones del genoma que están «relacionadas con la pigmentación de la piel, el metabolismo y la inmunidad».

Se puede encontrar una preimpresión del estudio en bioRxiv.

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