Ufología

Las primeras luces del universo brillaron con la ayuda de galaxias enanas

El telescopio James Webb ayudó a los científicos a encontrar pistas sobre las primeras luces del universo, un momento conocido como amanecer cósmico. Descubrieron que los fotones comenzaron a viajar por el cosmos gracias a las galaxias enanas, responsables de la reionización del gas hidrógeno.

Durante mucho tiempo después del Big Bang, el universo caliente estuvo compuesto de plasma ionizado, es decir, protones y electrones libres en nubes compactas. A medida que se enfrió y expandió, el cosmos permitió que estas partículas se unieran para formar gas hidrógeno, dejando de ser opaco.

Aún así, el universo estaba oscuro porque no había muchas fuentes emisoras de luz. Sin embargo, la formación de hidrógeno permitió el surgimiento de las primeras estrellas y galaxias que emitían radiaciones ionizantes, como la ultravioleta.

Esta radiación arrancó una vez más los electrones de sus núcleos, es decir, ionizó el gas hidrógeno vecino y lo transformó nuevamente en plasma. Esta vez, sin embargo, el universo se había expandido lo suficiente como para que el plasma se volviera difuso, sin poder impedir que los fotones viajaran a través del universo.

El proceso descrito es una parte importante de los modelos cosmológicos actualmente aceptados, pero aún faltan algunos detalles, ya que no es fácil observar el universo primitivo. Afortunadamente, James Webb facilitó las cosas y proporcionó imágenes de objetos nunca antes vistos.

Con datos del cúmulo de galaxias Abell 2744, los científicos han encontrado las galaxias más débiles de una era correspondiente a los primeros mil millones de años del universo. El estudio, que forma parte del programa UNCOVER, reveló que las pequeñas galaxias enanas son las probables productoras de una parte importante de la radiación que reionizó el universo.

De hecho, los autores del estudio descubrieron que las galaxias enanas, además de ser las más abundantes del universo temprano, son mucho más brillantes de lo esperado. Superan en número a las galaxias grandes en una proporción de 100 a 1 y emiten cuatro veces más radiación ionizante de lo que se imaginaba anteriormente.

Aunque pequeña, la energía colectiva de estas galaxias es suficiente para desempeñar un papel fundamental en la reionización del universo, convirtiéndose en piezas faltantes del rompecabezas.

Todavía queda mucho trabajo por hacer, como estudiar más regiones del cielo en busca de otras galaxias similares; después de todo, el universo es esencialmente el mismo en todas las direcciones.

El nuevo artículo de investigación fue publicado en Naturaleza.

Fuente: Naturaleza, ESA

Facebook Comments Box

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba