La tormenta solar de mayo fue tan fuerte que la detectamos en el fondo del mar
Las investigaciones indican que la reciente tormenta solar del pasado mes de mayo, famosa por la aurora boreal que generó, se sintió incluso en el fondo del mar. Los instrumentos responsables de la detección fueron brújulas magnéticas de la Red Oceánica Canadiense (ONC, en sus siglas originales), que detectaron importantes distorsiones en el campo magnético terrestre.
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En un comunicado de prensa, el físico Justin Albert de la Universidad de Victoria señaló que 2025 y 2026 serán el pico de un ciclo de actividad solar de 11 años. Eventos de auroras boreales como el reciente no han ocurrido en una década y se espera que sean más frecuentes en los próximos años, aunque es difícil predecirlos debido a la variabilidad del Sol.
La nueva forma de identificar los efectos de las eyecciones coronarias, colocando brújulas en el fondo marino, podría ayudar a los científicos a comprender mejor los efectos de la estrella en nuestro planeta y traducir esto en beneficios para las ciencias de la geología y la geografía.
Las tormentas solares y el campo magnético de la Tierra
También llamadas tormentas geomagnéticas, las eyecciones de masa coronal del Sol arrojan partículas hacia la Tierra. Al llegar aquí, chocan contra el campo magnético y se entrelazan con él, siendo acelerados hasta el momento en que son arrojados a la atmósfera. Una vez allí, interactúan con otras partículas y generan la aurora boreal.
Sin embargo, además de las luces de colores, estas interacciones entre partículas generan corrientes eléctricas, que pueden alterar las redes eléctricas y causar problemas de navegación y comunicación, incluso apagones de radio. También se ven afectados los aviones y satélites que todavía se encuentran en el espacio cercano a la superficie.
La ONC cuenta con algunos observatorios en la costa de ambos lados del continente en Canadá, alcanzando profundidades de hasta 2,7 km. Hay brújulas instaladas para monitorear los cambios en las corrientes oceánicas, pero terminaron detectando los efectos de la tormenta solar: el equipo más afectado estaba a 25 metros bajo el nivel del mar, frente a la costa de Vancouver, donde la aguja de la brújula oscilaba entre +30º y – 30º.
Según Kate Moran, presidenta de la ONC, estos datos son importantes para mostrar la fuerza de las recientes eyecciones solares y muy útiles para comprender mejor el alcance de los efectos geográficos y la intensidad de las actividades del sol.
Fuente: Universidad de Victoria