La señal de supuesta tecnología alienígena era solo un camión

Parece que las esférulas encontradas por Avi Loeb y su equipo en el fondo del Océano Pacífico en Papúa Nueva Guinea no eran fragmentos del objeto interestelar llamado IM1. Según un nuevo estudio, las ondas sonoras utilizadas para identificar el lugar de la caída del meteorito fueron, en realidad, producidas por un camión.
Hace casi dos años, los investigadores Amir Siraj y Avi Loeb identificaron un candidato a objeto interestelar que habría atravesado la atmósfera terrestre. Un memorando publicado por funcionarios del Comando Espacial de los Estados Unidos (USSC) confirmó que, considerando las propiedades de la trayectoria del meteoro, efectivamente provenía de otro sistema estelar.
A bordo de un barco llamado Silver Star, los investigadores emprendieron un viaje a través del Océano Pacífico en busca de los restos del meteorito. En junio de 2023, Loeb anunció que su expedición había encontrado cientos de pequeñas esférulas que podrían ser fragmentos del objeto.
Para guiar la expedición en busca de IM1, el equipo de Loeb utilizó señales de ondas sonoras que parecían provenir de una bola de fuego producida por la caída del meteorito. Siguiendo esta pista, determinaron una isla al norte de Papúa Nueva Guinea llamada Manus como el punto de impacto del visitante interestelar.
Ahora, un nuevo estudio dirigido por científicos de la Universidad Johns Hopkins ha revelado que estas ondas sonoras probablemente eran vibraciones de un camión que circulaba por una carretera cercana a la costa. Este descubrimiento plantea dudas de que las esférulas encontradas sean materiales del meteorito.
El sismólogo Benjamín Fernando, líder del equipo que anunció el hallazgo, dijo que “la señal cambió de dirección con el tiempo, correspondiendo exactamente a un camino que pasa por el sismógrafo”.
Afirma además que es posible “demostrar que hay muchas señales como ésta con todas las características que esperaríamos de un camión y ninguna de las que esperaríamos de un meteoro”. El equipo de Fernando utilizó datos de estaciones instaladas para detectar sonido. ondas provenientes de pruebas nucleares.
La buena noticia es que los autores de este estudio han identificado la ubicación más probable para el meteorito interestelar, a más de 160 km del área objetivo de la tripulación a bordo del Silver Star. La mala noticia es que, según el equipo, las esférulas recuperadas del fondo del océano eran restos de meteoritos comunes mezclados con contaminación terrestre.
¿Piezas de nave extraterrestre?
A pesar de sus importantes contribuciones a la astrofísica en el pasado, Avi Loeb se hizo más conocido en los medios por sus polémicas: afirmó en innumerables ocasiones que las esférulas encontradas en el océano podrían ser huellas de una nave extraterrestre.
Estos materiales son diminutas esferas compuestas de una aleación metálica que, según Loeb, no tendría comparación con ninguna otra en nuestro Sistema Solar. No sólo anunció las esférulas como restos de IM1, sino que también promocionó la hipótesis de que eran la primera evidencia sólida de seres interestelares.
En la comunidad científica estas afirmaciones no son muy bien vistas, ya que no hay pruebas concretas. Además, sus colegas no ven con buenos ojos la forma en que el enfoque de Loeb llamó la atención de los medios. Un estudio publicado a finales de 2023 afirmaba que estas esférulas no eran más que residuos de materiales industriales terrestres.
Para Fernando, “lo que se encontró en el fondo del mar no tiene relación con este meteoro [o IM1]independientemente de si se trata de una roca espacial natural o un trozo de una nave espacial extraterrestre”.
El equipo de Fernando presentará los hallazgos el 12 de marzo en la Conferencia de Ciencia Planetaria y Lunar en Houston.
Fuente: Universidad Johns Hopkins