La bomba de Hiroshima puede enseñar sobre la formación del Sistema Solar

En 1945, Estados Unidos detonó bombas atómicas sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, en Japón, y sus efectos siguen siendo estudiados. En un nuevo análisis, investigadores liderados por Nathan Asset, de la Universidad de la ciudad de París, investigaron los llamados vidrios de Hiroshima y descubrieron una posible relación entre ellos y la formación del Sistema Solar, hace 4.500 millones de años.
Para entender qué son estos vasos, conviene recordar el momento en que explotó la bomba atómica sobre Hiroshima. Además de matar a 140.000 personas y aniquilar edificios y otras estructuras, la explosión dejó escombros similares a esferas de vidrio. Estas esferas se encontraron en la playa de Motoujina, una pequeña isla en la bahía de Hiroshima.
Los científicos creen que están hechos del hormigón y el acero de los edificios de la ciudad. El calor de la explosión fue tan grande que estos materiales cayeron a la Tierra como esferas de vidrio y luego se enfriaron. Para el nuevo estudio, el equipo analizó muestras de las playas de la Bahía de Hiroshima recolectadas en 2015.
Trabajaron con 94 muestras de vidrio, distribuidas en cuatro grupos diferentes. Más tarde concluyeron que los vasos surgieron de la condensación dentro de la bola de fuego de la explosión nuclear. Según los autores, su composición química e isotópica indica similitudes con los meteoritos de tipo condrita. Es un tipo primitivo de roca espacial, formada a partir del gas y polvo presentes durante la formación del Sistema Solar.
Por lo tanto, los investigadores sugieren que “la formación de los vidrios de Hiroshima por condensación implica que pueden ser un análogo de los primeros condensados en el Sistema Solar”, dichos condensados (o sólidos) son inclusiones de calcio ricas en aluminio (o simplemente CAI), con una gran cantidad de isótopos de oxígeno-16, que es la forma más ligera del elemento.
Para ellos, los isótopos pueden haber sido producidos por la luz ultravioleta que pasa a través de la nebulosa solar, el nombre de la nube de gas y polvo a partir de la cual se formaron las primeras condritas de nuestro sistema. Otra posibilidad es que se hayan producido mediante mecanismos específicos después de que el material vaporizado se condensara en líquido y luego se solidificara.
Los autores reconocen que las presiones, temperaturas y mezclas de gases de la explosión son diferentes a las del disco de acreción solar, donde se formaron las primeras condritas. «A pesar de todas estas diferencias, las similitudes entre los vidrios de Hiroshima y los CAI pueden indicar un proceso similar, como reacciones químicas que ocurren durante la condensación, para explicar el enriquecimiento similar de O-16», concluyeron.
El artículo con los resultados del estudio fue publicado en la revista. Cartas de ciencias planetarias y de la Tierra.
Fuente: Cartas sobre ciencias planetarias y de la Tierra; Vía: Phys.org