Ufología

Finalmente descubrimos por qué la comida sabe tan mal en el espacio

Los científicos alimentarios de Australia y los Países Bajos decidieron investigar por qué la comida es, digamos, tan insípida en el espacio. Concluyeron que la falta de sabor o el mal sabor reportado por los astronautas parece ser el resultado del aislamiento y la incomodidad de los miembros de la tripulación más que de estar en órbita.

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Hasta entonces, investigaciones anteriores habían indicado que la diferencia en el gusto parecía deberse a cambios en los fluidos corporales, un efecto de la microgravedad en el cuerpo humano. Sin embargo, algunos astronautas informaron que el sabor de la comida seguía siendo diferente incluso después de que desaparecieran los efectos del cambio de líquido.

Pensando en esto, Grace Loke, científica de la Universidad RMIT, en Australia. Decidimos investigar cómo el entorno de una persona, así como su estado mental, pueden afectar la percepción de los aromas, que juegan un papel importante a la hora de percibir qué tan apetecible es (o no) un alimento.

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Como no fue posible llevar a los participantes del estudio al espacio, el equipo trabajó con un entorno de realidad virtual que imita la Estación Espacial Internacional (ISS) incluyendo objetos flotantes, que simulaban la microgravedad. Según el equipo, también había “dispositivos espaciales para evocar una sensación de acumulación y confinamiento, y ruidos de fondo que imitaban fuertes sonidos operativos ya reportados dentro de la ISS”.

Los autores señalaron que este fue el primer estudio que demostró la variación individual en la percepción olfativa a través de la realidad virtual. Para ello, proporcionaron a los participantes muestras de sabores de vainilla, almendra y limón. Luego, cada persona tuvo que calificar la intensidad del olor en una escala de 5 niveles en una habitación normal y en la ISS simulada.

Los participantes informaron que el aroma a limón seguía siendo el mismo en ambos entornos, pero el aroma a vainilla y almendras parecía más fuerte en la ISS simulada. Para el equipo, la diferencia se debe al benzaldehído, un compuesto aromático volátil que se encuentra en las almendras y la vainilla, pero no en el limón.

El estudio no necesariamente responde por qué la percepción del sabor y el aroma de los astronautas persiste incluso después de que terminan los efectos de la microgravedad en los fluidos corporales. Por otro lado, los resultados refuerzan la hipótesis de que nuestro cuerpo percibe olores según el ambiente, y también señala formas de mitigar el problema.

«Puede ser más probable que ciertos compuestos volátiles con perfiles de olor comunes (como los dulces) se vean afectados contextualmente en comparación con otros», escribieron los autores. Si este es el caso, compuestos que mantengan sus características incluso en entornos como la ISS podrían ayudar a crear el menú dietético más adecuado para los astronautas.

Además, el descubrimiento podría tener incluso aplicaciones en la Tierra. «Este estudio podría ayudar a personalizar la dieta de las personas en situaciones socialmente aisladas, incluidas residencias de ancianos, y aumentar la ingesta de nutrientes», sugirieron.

El artículo con los resultados del estudio fue publicado en la revista. Revista Internacional de Ciencia + Tecnología de los Alimentos.

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Fuente: Revista Internacional de Ciencia y Tecnología de los Alimentos, RMIT

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