El cambio climático también podría afectar a los extraterrestres, si es que existen
¿Y si el calentamiento global no fuera algo exclusivo de la Tierra? En un nuevo estudio, los investigadores sostienen que el aumento de la temperatura de un planeta puede ser un resultado inevitable del crecimiento exponencial del consumo de energía. Si este es el caso, entonces el aumento de las temperaturas también podría afectar a las civilizaciones avanzadas, si es que existen.
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Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), la temperatura media de la Tierra ha ido aumentando 0,06 ºC cada década desde 1850. Sin embargo, desde 1982, el aumento anual ha sido de 0,2 ºC, es decir, tres veces mayor de lo que fue grabado hasta entonces. El rápido aumento es consecuencia de la quema de combustibles fósiles, que ha aumentado significativamente desde el siglo XIX.
El científico soviético Mikhail I. Budyko publicó un artículo en 1969 en el que describía el proceso. «Cálculos simples muestran que, al ritmo actual de crecimiento en el uso de energía, el calor producido por los humanos en menos de 200 años será comparable a la energía proveniente del Sol», escribió.
Lo que Budyko abordó es una simple consecuencia de la producción y el consumo de energía, que generan calor residual. «La contribución actual del calor residual al aumento de la temperatura global es mínima», señalan los autores. “Si la generación de calor residual mantiene su crecimiento exponencial a lo largo de los siglos, demostramos que eventualmente podría conducir a una pérdida total de habitabilidad y de vida en la Tierra”, advierten.
¿Y qué pasa con las civilizaciones extraterrestres? Bueno, ninguno de ellos ha sido encontrado hasta el momento, pero eso no significa que no sea posible estimar cuánto tiempo les tomaría hacer que sus respectivos planetas sean inhabitables. Para ello, el profesor de astronomía de la Universidad Tor Vergata, Amedeo Balbi, y Manasvi Lingam, profesor asistente del Instituto Tecnológico de Florida, trabajaron con modelos teóricos basados en la Segunda Ley de la Termodinámica y los aplicaron a estos mundos según sus zonas habitables.
“Adaptamos el cálculo de la zona habitable, una herramienta estándar en estudios exoplanetarios. En general, incorporamos una fuente adicional de calentamiento –proveniente de la actividad tecnológica– junto con la radiación estelar”, explicó Balbi. Además, trabajaron con la tasa de crecimiento exponencial de las civilizaciones y su consumo energético según la Escala Kardashev.
Utilizando como referencia las tasas de consumo de energía humana, los autores extrapolaron la tendencia para medir las implicaciones para la habitabilidad de estos mundos hipotéticos, determinando también la duración máxima que podría alcanzar cualquier civilización cuando alcanzara la etapa de crecimiento exponencial.
Así concluyeron que la duración máxima de una tecnosfera (la parte del ambiente modificada por la acción de los seres vivos) sería de aproximadamente mil años, si el crecimiento anual es del 1%. «Nuestros resultados indican que el efecto del calor residual podría llegar a ser sustancial no sólo para el futuro de la Tierra, sino también para el desarrollo de cualquier hipotética especie tecnológica que habite planetas alrededor de estrellas», explicaron.
Según el equipo, los resultados podrían influir en las iniciativas para buscar vida tecnológicamente avanzada en el universo. «Aunque nuestro artículo se centra en la física más que en las soluciones a los desafíos sociales, prevemos algunos escenarios que podrían ayudar a una especie tecnológica a aliviar las limitaciones del calentamiento de residuos y retrasar su aparición», concluyeron. Por tanto, los descubrimientos pueden ayudar a los científicos a encontrar formas de no convertir la Tierra en un mundo inhabitable.
El artículo con los resultados del estudio fue publicado en el repositorio. arXiv.
Fuente: arXiv, Universe Today