Kojiki: la crónica más antigua que aún se conserva en Japón
El Kojiki, o «Registros de asuntos antiguos», ostenta el prestigioso título de ser la crónica más antigua que se conserva en Japón. Compilado en el año 712 d. C., este asombroso texto ofrece una ventana a los mitos, leyendas e historia temprana de Japón. Escrito por Ō no Yasumaro por encargo de la emperatriz Genmei, el Kojiki es un tesoro de narraciones que dan forma a los cimientos de la cultura y la religión japonesas. Desde la creación divina de las islas japonesas hasta los cuentos legendarios de los emperadores, el Kojiki ofrece una fascinante visión de los orígenes espirituales y políticos de Japón.
El Kojiki: crónica del antiguo Japón
Cuando se trata de un texto tan antiguo como el Kojiki, puede resultar difícil saber qué es verdad y qué es ficción. Según el prefacio del texto, el Kojiki fue encargado por la emperatriz Genmei a principios del siglo VIII d. C., un período en el que la corte japonesa buscaba consolidar su poder y establecer una identidad nacional unificada. De ser cierto, esto convertiría al Kojiki en la obra literaria más antigua que se conserva en Japón.
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Representación de Ō no Yasumaro. (Dominio público)
Se supone que fue escrito entre 711 y 712 d. C. por Ō no Yasumaro, un noble y erudito muy versado en las tradiciones china y japonesa. Esto ayudaría a explicar por qué el texto fue escrito en una mezcla única de caracteres chinos y fonética japonesa antigua. Esta mezcla de idiomas subraya las influencias culturales que dieron forma al Japón primitivo, con caracteres chinos utilizados para sus significados y fonética japonesa para capturar los sonidos de las palabras nativas.
La emperatriz encargó la creación del Kojiki por varias razones. A primera vista, se suponía que ayudaría a preservar las antiguas tradiciones orales de Japón y establecer una narrativa coherente del linaje imperial.
En realidad, el Kojiki documentaba los orígenes divinos de las islas japonesas y de la familia imperial en un esfuerzo por reforzar la autoridad y la legitimidad del clan gobernante Yamato. Como ha sucedido en innumerables culturas a lo largo de la historia de la humanidad, el Kojiki era una herramienta rudimentaria destinada a consolidar el derecho divino de los emperadores a gobernar entrelazando la mitología con la narrativa histórica para crear una identidad nacional poderosa.
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Kan’ei Kojiki, 1644 (Universidad Kokugakuin/CC BY-SA 4.0)
Estructura y mitos clave
El Kojiki tiene una estructura relativamente simple. Consta de un prefacio y tres libros. Cada libro tiene su propio enfoque y abarca desde mitos de la creación y cuentos legendarios hasta temas un poco más áridos como las genealogías de los emperadores y la nobleza. En conjunto, esta estructura permite a los lectores viajar desde el nacimiento del mundo y los dioses hasta el establecimiento de la línea imperial japonesa.
Prefacio:
El prefacio, escrito por Ō no Yasumaro, adopta la forma de un discurso a la Emperatriz. Comienza con un poema que actúa como resumen de la obra. A continuación, Yasumaro explica sus fuentes, afirmando que el emperador Tenmu había encargado originalmente a Hieda no Are que memorizara las genealogías incluidas y cómo las había utilizado para crear el Kojiki. El prefacio termina con una breve explicación de los caracteres chinos que utilizó y de cómo la obra se divide en tres volúmenes.
Volumen 1, Los Kamitsumaki: Mitos de la creación y los dioses
El primer volumen del Kojiki es el más interesante para los amantes de la mitología. Trata sobre los orígenes de los dioses y del cosmos, así como sobre la creación de la Tierra. Comienza con las deidades primordiales y describe la primera generación de dioses.
En el centro de estos mitos de la creación se encuentra la historia de Izanagi e Izanami, los dioses responsables de la creación de las islas japonesas. Su historia comienza con ellos de pie en el Puente Flotante del Cielo, agitando el mar con una lanza adornada con joyas. De las gotas que cayeron al océano, nacieron las islas de Japón.
También se dice que crearon varias deidades, entre ellas la diosa del sol Amaterasu, el dios de la luna Tsukuyomi y el dios de la tormenta Susanoo. El primer volumen establece las bases mitológicas de la creación de Japón y su linaje divino, al tiempo que expone los orígenes de algunos de los rituales de purificación del sintoísmo.
Volumen 2, Nakatsumaki: La diosa del sol Amaterasu
El volumen 2 se centra más en la descendencia divina del establecimiento de la línea imperial. Se centra en la historia de Ninigi, el nieto de Amaterasu, que desciende de los cielos para gobernar.
Este volumen también incluye genealogías detalladas de las deidades y sus relaciones familiares con los emperadores míticos. Esto sirve para conectar los orígenes divinos de Japón con las figuras históricas. En pocas palabras, el volumen 2 trata de enfatizar el derecho divino a gobernar al unir la era mítica con los primeros emperadores legendarios.
La diosa japonesa del sol, Amaterasu, emerge de una cueva.Dominio público)
Volumen 3, Shimotsumakie: El emperador Jimmu y sus genealogías
El tercer volumen continúa con la tarea de trazar las genealogías de los primeros emperadores y amplía los acontecimientos históricos. Abarca las vidas y los hechos de los primeros emperadores, incluido el emperador Jimmu, el primer emperador humano, y los gobernantes posteriores. Este volumen ofrece una mezcla de mitos e historia, y detalla los acontecimientos políticos y sociales, las batallas y las alianzas. Este volumen pretende actuar como un registro histórico que vincule el pasado mitológico con el linaje imperial contemporáneo de entonces, terminando así la tarea de legitimar a la familia gobernante.
Importancia histórica, cultural y religiosa
Japón es un país que se toma en serio su patrimonio cultural, y el Kojiki tiene una enorme importancia cultural y religiosa en Japón. Es la piedra angular de las creencias y rituales sintoístas del país y, como la crónica más antigua de Japón, ofrece un registro exhaustivo de los mitos y leyendas que forman la base de la espiritualidad japonesa.
El Kojiki es una parte integral del sintoísmo, la religión indígena de Japón. El texto detalla los orígenes de los espíritus llamados kami y cómo interactúan con el mundo. Las figuras centrales como Amaterasu, la diosa del sol, y Susanoo, el dios de la tormenta, no solo son personajes fundamentales en el texto sino también deidades clave en el culto sintoísta. Los rituales y prácticas descritos en el Kojiki, como los ritos de purificación y las ofrendas, siguen influyendo en las ceremonias sintoístas en la actualidad.
Reflexión sobre la cultura y los valores del Japón primitivo
Además de su uso en el sintoísmo, la información contenida en el Kojiki ofrece una importante visión de los valores y las normas sociales del Japón primitivo. Temas como la lealtad, la valentía y la importancia del favor divino están presentes en todo el texto. Por ejemplo, la historia del viaje del emperador Jimmu para establecer su gobierno refleja las virtudes de la perseverancia y la guía divina, que eran muy valoradas en la cultura japonesa.
El texto también ha tenido un impacto duradero en el arte, la literatura y el folclore japoneses. Sus historias han inspirado innumerables obras de arte, desde pinturas clásicas hasta manga y anime modernos. Las obras literarias, como Manyoshu, la antología de poemas más antigua de Japón, también se basan en temas y personajes del Kojiki. Los cuentos populares transmitidos de generación en generación a menudo se hacen eco de los mitos registrados en el texto, lo que garantiza que las historias del Kojiki sigan siendo una parte vital del patrimonio cultural de Japón.
Antes de que se compilara el Kojiki, muchos de los mitos y leyendas se transmitían de forma oral. Al documentar estas historias, el Kojiki las preservó para las generaciones futuras, salvaguardando así las ricas tradiciones orales del Japón. Esta transición de la tradición oral a la escrita fue crucial para mantener la continuidad de las narrativas culturales y religiosas.
Papel en la legitimación del sistema imperial
Japón tiene la monarquía continua más antigua del mundo. Sus orígenes se remontan al emperador Jimmu, cuyo reinado se remonta tradicionalmente al año 660 a. C. El Kojiki desempeñó un papel crucial en la legitimación de este sistema imperial. Presentaba una genealogía coherente y divina de los gobernantes de Japón que mostraba al emperador Jimmu como descendiente directo de Amaterasu. Es como poner al rey de Inglaterra en la Biblia.
Influencia en las crónicas posteriores
El Kojiki sentó un precedente para las crónicas históricas posteriores, como el Nihon Shoki (Crónicas de Japón), que se completó en el año 720 d. C. El Nihon Shoki profundizó en los mitos y las historias registrados en el Kojiki, proporcionando un relato más detallado y cronológico de la historia temprana de Japón. Ambos textos fueron fundamentales para dar forma a la identidad histórica y cultural de Japón, reforzando la legitimidad divina e histórica de la familia imperial.
Conclusión
El Kojiki no es solo un documento histórico. Es una crónica vital de la historia japonesa antigua que documenta todo, desde los mitos de la creación y las leyendas de dioses como Amaterasu hasta el linaje divino de los emperadores. Además, sirve como base para las creencias sintoístas que reflejan los primeros valores japoneses y ha influido profundamente en el arte, la literatura y la identidad nacional.
Históricamente, legitimó el derecho divino de los gobernantes de Yamato y la monarquía japonesa. Es un vínculo crucial con el pasado de Japón y sigue influyendo en innumerables aspectos de la sociedad japonesa moderna. Pocos textos escritos hasta ahora pueden afirmar haber sido tan influyentes o haber perdurado tanto.
Imagen de Portada: Kobayashi Eitaku, Izanagi e Izanami, c. 1885 Fuente: Dominio público
Por Robbie Mitchell