¿Había gladiadoras en la antigua Roma?
En el Museo Británico se encuentra un antiguo relieve de mármol que representa a dos gladiadores luchando con espadas y escudos. Es una escena familiar de la antigua Roma, salvo por un detalle intrigante: ambos gladiadores son mujeres.
La inscripción del relieve de mármol, hallado en Halicarnaso (Turquía), dice que ambos gladiadores lucharon hasta llegar a un empate honorable. ¿Se trata, pues, de una obra de arte única o era habitual que hubiera gladiadoras en la antigua Roma?
Gladiadoras en la antigua Roma: la evidencia
Al intentar comprender culturas de las que estamos tan alejados, los científicos siempre se topan con una miríada de obstáculos familiares. Estamos agobiados por las expectativas de la vida moderna y, por lo tanto, nos cuesta interpretar las evidencias a través de algo que no sea la lente del status quo actual. Sin embargo, cuando se trata de gladiadoras, hay algunas evidencias intrigantes con las que trabajar.
El relieve de mármol mencionado anteriormente es quizás una de las representaciones más claras de gladiadoras en la antigua Roma. También se cree que una estatua de bronce de unos 2000 años de antigüedad representa a una gladiadora, pero esa no era la interpretación original del artefacto.
La pequeña estatua, que ahora se encuentra en el Museo de Arte y Artesanía de Hamburgo, se consideraba tradicionalmente que representaba a una atleta femenina que sostenía un estrígilo, un instrumento con una hoja curva que se utilizaba para limpiar la piel raspando la suciedad y el sudor. Sin embargo, en un artículo de 2011, Alfonso Manas, de la Universidad de Granada, sugiere que esta estatua en realidad representa a una gladiadora, «más específicamente a una Traexun tipo de gladiador que luchaba con una daga de curva corta, un arma que para el ojo inexperto puede confundirse con un estrígilo”.
Según Manas, 10 fragmentos literarios y una inscripción epigráfica son todo lo que tenemos como evidencia escrita que habla de gladiadoras, así que se puede entender por qué es una imagen difícil de reconstruir.
Un relieve de mármol en el Museo Británico que representa a dos gladiadoras sin casco.
El papel de las gladiadoras
Aunque hoy celebramos a los gladiadores en la televisión, la posición social de los gladiadores en la antigua Roma era muy diferente. Luchar o actuar en una arena para el entretenimiento de las masas se consideraba una posición inferior, por lo que puedes imaginar la vergüenza que sufría cualquier mujer que quisiera entrar al ring. Como bien lo expresó el satírico romano Juvenal:
«¡Qué vergüenza puede haber en una mujer que lleva casco, que rehúye la feminidad y ama la fuerza bruta…! Si se celebra una subasta de los efectos personales de tu esposa, ¡qué orgulloso estarás de su cinturón, sus protectores de brazos y sus plumas, y de su espinillera izquierda de media longitud! O, si en cambio, ella prefiere una forma diferente de combate… [as a Thraex, both of whose legs were protected]¡Qué contento estarás cuando la muchacha de tu corazón venda sus grebas!…. Escúchala gruñir mientras practica las estocadas que muestra el entrenador, marchitándose bajo el peso del casco.
Si bien las gladiadoras eran poco comunes en comparación con sus contrapartes masculinas, existían y eran de todo tipo, desde las más humildes hasta las más aristocráticas. En cuanto a por qué se sentían obligadas a luchar cuando tal actividad era recibida con críticas, parece que, como dijo Lady Gaga, es posible que vivieran para los aplausos.
“Las mujeres que eligieron una vida en la arena –y parece que fue una elección– pueden haber estado motivadas por un deseo de independencia, una oportunidad de fama y recompensas financieras, incluida la remisión de deudas”, explicó el director de contenido de World History Encyclopedia, Joshua Mark. “Aunque parece que una mujer renunciaba a cualquier pretensión de respetabilidad tan pronto como entraba en la arena, hay algunas pruebas que sugieren que las gladiadoras eran honradas tan altamente como sus homólogos masculinos”.
La misión continúa reconstruyendo la sin duda rica historia de las guerreras de la antigua Roma a partir de la escasa evidencia que tenemos disponible, y mientras esperamos encontrar más, siempre tendremos ese anuncio de Pepsi.