Civilizaciones Antiguas

Un mamut exquisitamente conservado de 39.000 años es la primera evidencia de humanos en el Ártico

A menudo aclamado como el cadáver de mamut lanudo mejor conservado jamás descubierto, el cuerpo de un joven espécimen llamado Yuka acaba de brindar una asombrosa sorpresa. Al analizar las marcas de cortes en la piel del animal, los investigadores han determinado que la bestia fue masacrada por humanos hace 39.000 años, proporcionando así la evidencia más temprana de la presencia de personas en el Ártico.

Descubierta en 2010 en el extremo norte de Siberia, se cree que Yuka tenía entre seis y nueve años cuando murió, posiblemente como resultado de la depredación de los leones de las cavernas. Los científicos creen que su cadáver se congeló después de caer a un lago, lo que le permitió permanecer en perfectas condiciones durante casi 40 milenios.

Desde su recuperación, el cuerpo increíblemente intacto de Yuka ha sido identificado como un objetivo por los investigadores que buscan clonar y resucitar al mamut lanudo. Sorprendentemente, los primeros estudios sobre el antiguo cadáver revelaron que todavía contenía sangre líquida, mientras que algunos de los núcleos celulares de la criatura continúan mostrando signos de actividad biológica.

Sorprendentemente, los exámenes también han revelado la presencia de una incisión de un metro de largo (3,3 pies) a lo largo de la espalda de Yuka, así como marcas de corte alrededor de las cuencas de sus ojos. Estos hallazgos plantean una serie de preguntas interesantes, como por ejemplo si las rendijas fueron producidas por animales o por humanos.

Para investigar, los autores de un nuevo estudio realizaron una serie de experimentos en trozos de piel de vaca, así como en la piel de otro mamut, al mismo tiempo que realizaban análisis traceológicos de las incisiones en la piel de Yuka. Inmediatamente, los investigadores observaron que estos cortes “tienen ciertas características traceológicas que los distinguen claramente de las lesiones cometidas por animales”, indicando así que efectivamente fueron obra de humanos.

Por lo tanto, la siguiente pregunta es si las incisiones se hicieron en el momento de la muerte de Yuka o en una fecha posterior. Para dar una respuesta, los autores del estudio realizaron una serie de cortes experimentales utilizando hojas de piedra prehistóricas y cuchillos de metal, antes de compararlos con las marcas de corte en la piel del antiguo mamut.

Al informar sobre sus hallazgos, los investigadores afirman que las marcas de Yuka «corresponden a las obtenidas durante los experimentos de corte de piel de mamut con una hoja ancha de pedernal». Por ejemplo, descubrieron que las laceraciones del animal «no tienen transiciones muy pronunciadas ni ángulos característicos de las huellas de un cuchillo de metal».

Por tanto, los autores concluyen que los cortes en la piel de Yuka fueron realizados por humanos prehistóricos utilizando herramientas de piedra. Continúan escribiendo que, atendiendo al estado de conservación de la piel, “se puede decir afirmativamente que todas las incisiones podrían tener [been] hecho sólo en un momento cronológicamente cercano a la muerte del animal”.

En conjunto, estos hallazgos sugieren que los humanos cortaron el cuerpo de Yuka para obtener carne antes de que se congelara hace 39.000 años. Como tal, las marcas de corte en la piel de la criatura representan «la evidencia más antigua de la penetración humana en la zona ártica».

El estudio se publica en el Journal of Archaeological Science: Reports.

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