Civilizaciones Antiguas

Un cráneo de 4.500 años revela dos cirugías

El descubrimiento de múltiples agujeros en el cráneo de una mujer enterrada en un cementerio de la Edad del Cobre en España ha revelado intrigantes prácticas quirúrgicas prehistóricas. Los científicos españoles analizaron los restos y revelaron evidencia de dos trepanaciones, lo que indica no sólo la habilidad técnica de los cirujanos en ese momento, sino también la notable resistencia del paciente que sobrevivió a ambas operaciones.

El hallazgo arqueológico

El estudio, publicado en el International Journal of Paleopathology, describe los detalles del descubrimiento realizado en el lugar de enterramiento conocido como Camino del Molino, en Caravaca de la Cruz, sureste de España.

El cráneo en cuestión pertenecía a una mujer de entre 35 y 45 años, enterrada entre 2566 y 2239 aC Sorprendentemente, su cráneo tenía dos agujeros superpuestos, lo que indica dos trepanaciones distintas.

La técnica del raspado

Los investigadores identificaron que las trepanaciones se realizaban mediante una técnica de raspado, en la que se frotaba un instrumento lítico (piedra) contra la bóveda craneal, erosionándola gradualmente hasta crear los agujeros. Este método, aunque implicaba un proceso lento, demostró ser más seguro que la perforación, reduciendo el riesgo de daño a las meninges y al cerebro.

«Identificamos dos agujeros distintos, resultantes de dos intervenciones diferentes», dijo a WordsSideKick.com la autora principal del estudio, Sonia Díaz-Navarro, investigadora postdoctoral del Departamento de Prehistoria de la Universidad de Valladolid, en España.

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“Se trata de frotar un instrumento lítico [pedra] superficie contra la bóveda craneal, erosionándola gradualmente a lo largo de todos sus bordes para crear el agujero”.dijo Díaz-Navarro. “Para realizar esta cirugía, el individuo afectado probablemente tuvo que ser fuertemente inmovilizado por otros miembros de la comunidad o tratado previamente con una sustancia psicoactiva que aliviara el dolor o lo dejara inconsciente”.

La sorprendente supervivencia

La mujer no sólo se sometió a dos cirugías, sino que también sobrevivió a ambas, como lo demuestran los huesos curados de su cráneo. Las investigaciones sugieren que vivió varios meses después de la segunda operación, lo que destaca la notable resiliencia y, posiblemente, la atención médica posquirúrgica brindada por la comunidad.

El esqueleto de la mujer de la Edad del Cobre visto en el lugar del entierro. Crédito de la imagen: Sonia Díaz-Navarro et al.

Desafíos y riesgos en la región temporal

Los científicos han observado que las trepanaciones en la región temporal, especialmente durante la prehistoria, eran poco comunes debido a los desafíos asociados con el acceso a esta área a través del cuero cabelludo. La región temporal es particularmente delicada y contiene vasos sanguíneos y músculos vulnerables que podrían causar sangrado durante la cirugía.

Técnica de raspado: una opción más segura

Aunque las trepanaciones en la región temporal fueron un desafío, la elección de la técnica de raspado, en lugar de la perforación, resultó ser más segura. Los cirujanos prehistóricos, al evitar daños a las meninges y al cerebro, redujeron significativamente los riesgos de infecciones posquirúrgicas. El uso de instrumentos esterilizados y plantas con propiedades antibióticas naturales también puede haber contribuido a la seguridad de estas intervenciones.

Motivación para la cirugía: un misterio sin resolver

Desafortunadamente, los investigadores no pudieron determinar por qué la mujer se sometió a cirugías craneales. A pesar de las fracturas de costillas curadas y las caries en su esqueleto, no hay evidencia directa de que estas condiciones estuvieran relacionadas con las intervenciones.

Persiste la especulación sobre la posibilidad de un trauma como motivo de la cirugía, lo que destaca la complejidad de la interpretación arqueológica.

“La alta prevalencia de lesiones traumáticas documentadas en los esqueletos del Camino del Molino nos lleva a no descartar la posibilidad de que la cirugía se haya realizado como consecuencia de un traumatismo”, afirmó Sonia Díaz-Navarro. Es posible que la cirugía haya eliminado cualquier evidencia de hematomas o incisiones, y que se hayan eliminado fragmentos de hueso dañados durante el procedimiento.

Conclusión

El descubrimiento de agujeros en un cráneo en España ofrece una visión fascinante de las prácticas médicas prehistóricas, destacando la habilidad técnica de los cirujanos de la Edad del Cobre. La supervivencia del paciente después de dos trepanaciones revela no sólo la resiliencia humana, sino también la posibilidad de atención posquirúrgica dentro de las comunidades antiguas.

Sin embargo, el misterio que rodea la motivación de la cirugía resalta la complejidad de la interpretación arqueológica y la necesidad continua de investigación para descubrir los secretos del pasado médico de la humanidad.

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