Ufología

Tres de las estrellas más antiguas del cosmos se encuentran en nuestra galaxia

Investigadores del MIT, incluida la brasileña Ananda Santos Figueiredo, han descubierto tres de las estrellas más antiguas del universo, y se encuentran en nuestra propia galaxia. Se formaron hace aproximadamente 13 mil millones de años, cuando se estaban formando las primeras galaxias, y llegaron aquí cuando la Vía Láctea devoró sus “hogares”.

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Las estrellas recién descubiertas están situadas en el halo de la Vía Láctea y orbitan alrededor del centro galáctico en dirección opuesta al resto de estrellas. En otras palabras, están en movimiento retrógrado, lo que sugiere que pertenecen a otra galaxia.

El halo galáctico es un tipo de “nube” formada por estrellas relativamente alejadas y con baja densidad de gas y polvo. Las tres estrellas antiguas se encuentran en esta región, pero hay otros ejemplos que también parecen provenir de otras galaxias.

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Anna Frebel, profesora de física del MIT y una de las autoras del estudio, dijo: “Estas estrellas más antiguas definitivamente deberían estar allí, dado lo que sabemos sobre la formación de galaxias. Son parte de nuestro árbol genealógico cósmico. Y ahora tenemos una nueva forma de encontrarlos”.

Denominadas «SASS» (Small Accreted Stellar System, o Small Aggregated Stellar System, en traducción libre), cada una de estas tres estrellas pertenecía a sus propias galaxias pequeñas y primitivas, muy similares a las llamadas enanas ultra débiles (UFD).

Hoy, muchos miles de millones de años después de fusionarse con nuestra galaxia, estas estrellas son todo lo que queda de sus respectivas enanas ultra débiles. Todas las demás estrellas que tuvieron el mismo origen se han incorporado de modo que ya no es posible distinguirlas de otras estrellas de la Vía Láctea.

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Además, al encontrar este trío, el equipo buscó en estudios previos otros objetos con las mismas características y encontró 61 de ellos orbitando las afueras de la galaxia. Todos son pobres en metales (elementos más pesados ​​que el hidrógeno y el helio), un fuerte indicio de que en realidad son muy antiguos.

En concreto, los autores señalan la falta de elementos como el estroncio y el bario, llegando a la conclusión de que se trata de estrellas “procedentes de los primeros pequeños sistemas galácticos que fueron agregados por la proto-Vía Láctea”. El equipo se refiere a la época en la que la Vía Láctea todavía era una protogalaxia, es decir, una galaxia en sus primeras etapas de formación.

Una de las grandes ventajas de SASS es que son mucho más brillantes que las estrellas típicas de galaxias ultra débiles, lo que permite una observación más detallada. Así, el equipo descubrió que estas primeras UFD absorbidas por la Vía Láctea probablemente se enriquecieron con algunos elementos más pesados ​​por explosiones de supernovas.

El descubrimiento, realizado con la ayuda del satélite Gaia, podría ser valioso no sólo para una comprensión más amplia de la historia de nuestra galaxia y su evolución química, sino también para el estudio de las galaxias UFD en general.

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El artículo fue publicado en la revista. Avisos mensuales de la Royal Astronomical Society.

Fuente: MIT, Avisos mensuales de la Royal Astronomical Society

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