La inesperada ubicación del fósil de Denisova revela más (vídeo)
En un sorprendente giro de los acontecimientos, los fósiles de Denisovanos han surgido en un lugar inesperado, desafiando las nociones establecidas sobre su hábitat. Los arqueólogos descubrieron recientemente un diente denisovano de entre 160.000 y 130.000 años de antigüedad en las remotas montañas Annamitas del norte de Laos, lejos de la cueva siberiana previamente identificada. Este hallazgo revela un nuevo capítulo en la historia de los denisovanos, mostrando su adaptabilidad a diversos entornos. Estos humanos arcaicos, identificados únicamente a través del ADN hasta ahora, no sólo soportaron los climas helados del sur de Siberia y se adaptaron a las grandes altitudes del Tíbet, sino que también prosperaron en las cuevas tropicales de Laos, una hazaña lograda 100.000 años antes que los humanos modernos.
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La importancia de este descubrimiento se extiende más allá del diente individual. El minucioso análisis del esmalte, sin desgaste, apunta a una joven denisovana de edades comprendidas entre tres y medio y ocho años y medio. A pesar de la escasez de fósiles de Denisovanos, este diente solitario desafía las suposiciones sobre su distribución geográfica. Si bien es arriesgado sacar conclusiones a partir de un hallazgo solitario, la revelación subraya la riqueza de sorpresas que aguardan ser descubiertas en el registro fósil del sudeste asiático. La capacidad de los denisovanos para cruzar importantes barreras biogeográficas, como la Línea de Wallace, plantea preguntas intrigantes sobre sus capacidades e interacciones con otras especies humanas. La complejidad de estos eventos de mestizaje, revelada a través de análisis genéticos avanzados, remodela nuestra comprensión del lugar de los denisovanos en el árbol genealógico humano.
Imagen de portada: El fósil de Denisovano, descubierto en las montañas Annamitas de Laos, redefine su historia. Fuente: ginettigino /Adobe Stock
Por Robbie Mitchell
