Setenta y tres momias fueron descubiertas en Pachacámac, Perú
Un equipo de arqueólogos de la Pontificia Universidad Católica del Perú, dirigido por el profesor Krzysztof Makowski, realizó impresionantes descubrimientos en Pachacámac, al sur de Lima.
Setenta y tres momias intactas fueron meticulosamente dispuestas en fardos funerarios, algunas adornadas con máscaras talladas. Estos hallazgos proporcionan una visión fascinante del desarrollo cultural de la región.
Los entierros datan de la segunda mitad del Horizonte Medio, durante el apogeo del Imperio Wari, y destacan por su espectacular conservación. Inicialmente depositados individualmente, estos fardos funerarios fueron posteriormente agrupados.
El hallazgo se realizó en Pachacámac, lugar que alberga un extenso complejo de cementerios de diferentes épocas, al pie del Templo Pintado. Cerca también se encontraron palos de madera con imágenes de dignatarios del Imperio Wari, lo que revela más facetas de la complejidad histórica del sitio.
La investigación del profesor Makowski y sus colegas, Cynthia Vargas, Doménico Villavicencio y Ana Fernández, se centró deliberadamente en una zona donde se había derrumbado un muro alto, que data de los períodos inca y colonial.
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La estrategia resultó ser la correcta, ya que las pilas de ladrillos de adobe dificultaban el acceso de los ladrones a las fosas. Esto ha llevado al descubrimiento de entierros individuales y colectivos notablemente bien conservados, contribuyendo significativamente a la comprensión del papel del Imperio Wari en la región.
El sitio de Pachacámac es conocido como un templo y oráculo inca dedicado a Pacha Kamaq, cuyo nombre significa “el que da vida a la tierra” en quechua.
Sin embargo, descubrimientos recientes contradicen la hipótesis de que Pachacámac funcionó continuamente como ciudad sagrada desde la construcción del Antiguo Templo de la cultura Lima hasta la conquista española. Durante el Imperio Wari, Pachacámac no era monumental, lo que sugiere un cambio significativo en su carácter a lo largo del tiempo.
La comparación de estos descubrimientos con el Castillo de Huarmey, estudiado por académicos polacos como el profesor Miłosz Giersz y Patrycja Prządka-Giersz, revela divergencias con las narrativas históricas convencionales sobre Pachacámac.
Los resultados indican que, entre el 800 y el 1100 d.C., Pachacámac tuvo el carácter de un asentamiento con plataforma ceremonial durante el Imperio Wari, más que una necrópolis de élite.
Los cambios en los rituales funerarios y la iconografía asociados con el ídolo de Pachacámac durante el período Wari sugieren fuertes influencias de la costa norte peruana. El descubrimiento de dos bastones de madera tallada, decorados con imágenes de dignatarios con tocados tipo Tiwanaku, confirma estas conclusiones, estableciendo conexiones entre Pachacámac y otras regiones.
La singularidad de estos descubrimientos reside no sólo en la excepcional conservación de los enterramientos, sino también en la riqueza de información que aportan sobre la estructura social de la época.
Diecinueve de los fardos, con su parte inferior conservada y una estructura intacta, fueron transferidos para su análisis tridimensional mediante tomografía computarizada. Esto permitirá una comprensión más profunda de las relaciones sociales, el cuidado de los discapacitados, los indicadores de guerra y violencia doméstica.