Misterios

¿Quiénes son los misteriosos Knockers de Cornualles?

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Las minas de estaño de Cornualles, con sus túneles laberínticos y cámaras subterráneas, han sido durante mucho tiempo el telón de fondo de historias de seres sobrenaturales conocidos como los Knockers. Estos espíritus esquivos, fundamentales en el folclore de Cornualles, desempeñaron un papel fundamental en las vidas de los mineros que trabajaban a gran profundidad bajo la superficie de la Tierra. Los Knockers, con sus sonidos distintivos y su comportamiento misterioso, se convirtieron en una parte inseparable de la cultura minera de Cornualles, dando forma a las creencias y prácticas de quienes buscaban fortuna en las profundidades ricas en minerales.

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El reino de los aldabones

Según el folclore de Cornualles, los Knockers eran pequeñas entidades de miembros delgados y narices grandes y ganchudas que recordaban a los enanos o elfos míticos. Se creía que estos espíritus habitaban en las partes más oscuras y profundas de las minas, lejos del alcance de la luz del día y de la actividad humana. Su presencia era temida y reverenciada, ya que se pensaba que eran los guardianes de los secretos de las minas, capaces tanto de ayudar como de obstaculizar a los mineros.

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Los Knockers eran una criatura parecida a un gnomo o similar a un duende (derecha) de un espíritu tutelar del folclore inglés y escocés.Dominio público), (Dominio público)

Los Knockers no eran exclusivos de las minas de estaño; también se creía que rondaban pozos y otros elementos naturales. Esto sugiere que el término «Knockers» se usaba de manera más amplia para describir a varias criaturas sobrenaturales asociadas con la tierra. A pesar de sus apariencias inquietantes y su naturaleza esquiva, los Knockers generalmente eran considerados seres benévolos que se mantenían en su propia compañía y solo se revelaban a aquellos que favorecían.

Sonidos de la oscuridad: Los aldabas y la comunicación

El nombre de «Knockers» deriva de los sonidos que se creía que estos espíritus hacían dentro de las minas. Los mineros a menudo oían ruidos de golpes y golpeteos inexplicables que emanaban de las paredes y las profundidades de los pozos. Estos sonidos, amplificados en la oscuridad claustrofóbica, se interpretaban como mensajes de los Knockers.

La costa cerca de Tintagel, en el norte de Cornualles. (Geoff Pickering/Adobe Stock)

La costa cerca de Tintagel en el norte de Cornualles. (Geoff Pickering(Adobe Stock)

Los mineros creían que los sonidos de los aldabones servían como advertencias o guías. Se pensaba que los golpes fuertes y persistentes indicaban la presencia de una rica veta de mineral, mientras que los golpes más suaves e intermitentes podían señalar un peligro inminente, como un posible derrumbe. De esta manera, los aldabones eran vistos como protectores, guiando a los mineros hacia la seguridad y la prosperidad.

Sin embargo, los Knockers también eran conocidos por su lado travieso. A veces les hacían bromas a los mineros, llevándolos por mal camino o escondiéndoles sus herramientas. Este comportamiento reforzaba la creencia de que los Knockers debían ser tratados con respeto y precaución.

Un delicado equilibrio: las ofertas y el mantenimiento de buenas relaciones

Para mantener buenas relaciones con los Knockers, los mineros dejaban ofrendas de comida, en particular empanadas, en lugares remotos de las minas. Estas ofrendas se consideraban actos de apaciguamiento que aseguraban la buena voluntad de los espíritus. No respetar a los Knockers o no dejar ofrendas podía resultar en mala suerte, accidentes u otras formas de retribución.

Silbar era considerado una ofensa para los Knockers, al igual que espiar intencionalmente sus actividades o hacer la señal de la cruz. Se creía que tales acciones enojaban a los espíritus, lo que conducía a trucos extraños o situaciones peligrosas. Mantener un delicado equilibrio entre respeto y reverencia era crucial para los mineros, que dependían del favor de los Knockers para su seguridad y éxito.

La evolución de una leyenda: Los Knockers a través del tiempo

La percepción de los Knockers ha evolucionado con el tiempo, influenciada por diversos factores culturales e históricos. Algunas teorías sugieren que los Knockers eran los espíritus de los mineros judíos que trabajaron en Cornualles durante los siglos XI y XII. Otros creen que eran las almas de aquellos que no podían acceder al cielo o al infierno, una explicación común para varios tipos de hadas en la mitología celta.

Las leyendas de los Knockers viajaron con los mineros de Cornualles durante la Fiebre del Oro de California, donde se los conoció como Tommy Knockers. Esta migración del folclore pone de relieve la adaptabilidad y la resistencia de estos mitos, que siguieron prosperando en nuevos entornos alejados de sus orígenes de Cornualles. El término «Cousin Jack» surgió para describir a los mineros de Cornualles que recomendaban a sus familiares para trabajar, difundiendo tanto sus habilidades como sus creencias por todo el mundo.

Tres hombres y una mujer buscando oro durante la fiebre del oro en California (dominio público)

Tres hombres y una mujer buscando oro durante la fiebre del oro en California (Dominio público)

En el Nuevo Mundo, los Tommy Knockers mantuvieron su papel de guardianes y ayudantes de los mineros. Se creía que salvaban vidas al advertir sobre los derrumbes de las minas y se los consideraba una parte esencial de la cultura minera. Los propietarios de minas de California respetaban estas creencias y se aseguraban de que los Tommy Knockers estuvieran «de servicio» antes de permitir que los mineros trabajaran. Esta integración del folclore en las operaciones mineras prácticas subraya el profundo significado cultural de estas leyendas.

Conclusión

Los Knockers de Cornualles, con su misteriosa presencia y sus enigmáticos comportamientos, son un testimonio del rico folclore que impregna la historia de la región. Estos espíritus, nacidos de las oscuras profundidades de las minas de estaño, han dejado una marca indeleble en el paisaje cultural de Cornualles y más allá. Las historias de los Knockers nos recuerdan el poder perdurable del folclore para conectarnos con el pasado, dando forma a nuestra comprensión del mundo y nuestro lugar en él.

Con sus golpes y toques, los Knockers guiaban a los mineros hacia la seguridad y la prosperidad, mientras que su naturaleza esquiva y su necesidad de respeto resaltaban el delicado equilibrio entre los humanos y lo sobrenatural. A medida que estas leyendas viajaban y se adaptaban a nuevos entornos, continuaron prosperando y se convirtieron en una parte integral del patrimonio minero en lugares tan lejanos como California.

Al reflexionar sobre la importancia de los Knockers, recordamos la perdurable relevancia de estas antiguas historias. Ofrecen una visión de las creencias y prácticas de quienes nos precedieron, enriquecen nuestro patrimonio cultural y brindan una comprensión más profunda de la experiencia humana. Ya sean considerados protectores, bromistas o espíritus misteriosos, los Knockers siguen siendo una parte cautivadora y esencial del folclore de Cornualles.

Imagen superior: Casas antiguas de acero, minas de Botallack, Cornualles, Reino Unido. Fuente: Ernesto Davies/Adobe Stock

Por Richard Clements

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