Ufología

¿Por qué no hemos encontrado extraterrestres todavía? El agujero negro podría ser la respuesta

¿Por qué no hemos encontrado todavía ninguna civilización alienígena avanzada? Hay algunas posibles respuestas muy peculiares, y una de ellas es la hipótesis de la trascendencia: los extraterrestres habrían migrado a la órbita de agujeros negros supermasivos en el centro de la galaxia, quedando fuera de nuestro alcance.

“¿Dónde están?”, preguntó el físico Enrico Fermi a sus compañeros de trabajo en 1950 durante una conversación informal a la hora del almuerzo. El asunto salió a la luz debido a avistamientos extraterrestres reportados en los periódicos, y los científicos no tenían evidencia concreta de estas visitas de otro mundo.

Fermi era conocido por su habilidad con las estadísticas y, según relatos de quienes presenciaron la conversación, el físico habría hecho cálculos rápidos y habría concluido que los extraterrestres deberían haber hecho algún tipo de contacto con nosotros hace mucho tiempo.

Desde entonces, científicos de todo el mundo han intentado resolver la paradoja de Fermi, proponiendo una serie de explicaciones plausibles (algunas no tanto) para la ausencia de extraterrestres en los datos científicos de los mejores telescopios del mundo. Generalmente, estas propuestas son una especie de ejercicio mental, a veces incluso filosófico, pero que de hecho pueden influir en la búsqueda de signos de vida más allá de la Tierra.

¿Qué es la hipótesis de la trascendencia?

La hipótesis de la trascendencia presenta una posibilidad extravagante: las civilizaciones alienígenas más avanzadas habrían migrado hace mucho tiempo al centro de la galaxia, para vivir cerca del agujero negro supermasivo central. La razón es que los agujeros negros pueden proporcionar una cantidad exorbitante de energía.

El autor de esta hipótesis es el futurista John M. Smart, quien propone imaginar civilizaciones suficientemente avanzadas en un proceso universal de desarrollo evolutivo. Este proceso los llevaría a un “reino computacionalmente ideal de escalas de espacio, tiempo, energía y materia cada vez más densas, productivas, miniaturizadas y eficientes y, finalmente, a un destino similar al de un agujero negro”.

Esta idea se nutre de otros estudios teóricos que demuestran algunas formas de extraer energía de un agujero negro, utilizándolos como fuentes de energía y como regiones de convergencia de civilizaciones. A medida que avancen en sus procesos de trascendencia, estas personas dejarían de emitir señales electromagnéticas, haciéndolas indetectables con nuestros instrumentos actuales.

Por otro lado, las civilizaciones más simples, como la nuestra, no siguieron el flujo de la trascendencia, permaneciendo en la “periferia” de la galaxia. Estos serían “fallos de desarrollo, que estadísticamente son muy raros al final del ciclo de vida de cualquier sistema biológico en desarrollo”, dijo Smart.

El artículo está disponible en Acta Astronáutica.

Fuente: Acta Astronáutica; vía: Ciencia IFL

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