Una pintura que data del siglo XV podría ser la prueba de que los alienígenas han estado visitando la Tierra durante algún tiempo, afirman los teóricos de la conspiración.
Las pinturas del siglo 15 son consideradas por muchos como ventanas al pasado y a veces, como en el caso de la obra conocida como Virgen y Niño con el Niño San Juan Bautista, como posibles pruebas de encuentros históricos con seres de otros mundos. Este cuadro, creado por un artista aún desconocido, pero frecuentemente atribuido a Sebastiano Mainardi o a Jacopo del Sellaio, se encuentra en una posición privilegiada dentro del Palazzo Vecchio de Florencia, adornando el Salón de Hércules y suscitando el debate entre entusiastas de los fenómenos no identificados.
La composición, una redonda de un metro de ancho, presenta a Madonna, el niño Jesús y San Juan en primer plano. Sin embargo, es el fondo de la obra lo que ha capturado la imaginación de muchos cazadores de OVNIs. En la parte superior derecha, un objeto en forma de disco llama poderosamente la atención, interpretado por algunos como una evidencia incontrovertible de la presencia alienígena.
Adicionalmente, en la parte superior derecha, se observa una figura que algunos describen como «una extraña criatura con tentáculos». Para aquellos que buscan signos de visitantes extraterrestres en las pinturas del siglo 15, estos elementos son indicios claros de que la humanidad ha sido objeto de visitas de otros mundos desde tiempos remotos.
El sitio web Antiguos Extraterrestres comenta: «El OVNI representado en la pintura tiene la forma de un conocido disco o platillo, con rayos que irradian de él, lo que sugiere que emite luz. Además, en la parte superior izquierda de la pintura, aparecen figuras extrañas cerca del sol, con una apariencia que recuerda a tentáculos. ¿Podrían ser éstas también representaciones de seres extraterrestres?»
Por otro lado, los historiadores y expertos en arte tienen explicaciones más terrenales para estos fenómenos. Según el sitio web de arte Florence Inferno, lo que algunos interpretan como un platillo volador es en realidad la representación de un ángel en forma de nube luminosa, y la forma inusual de presentar a un ángel es lo que genera confusión.
Este no es el único caso en el que se han atribuido connotaciones extraterrestres a obras artísticas antiguas. En la catedral de Svetitskhoveli en Georgia, un fresco del siglo XI de Cristo crucificado muestra dos figuras en las esquinas superiores que recuerdan a naves voladoras, con trazas que parecen propulsores. Sin embargo, también en este caso, los especialistas en arte sacro interpretan estas imágenes como ángeles guardianes y no como tecnología avanzada.
Estos debates sobre pinturas del siglo 15 y su posible conexión con visitas extraterrestres continúan siendo un tema fascinante tanto para los aficionados a la ufología como para los amantes del arte, ofreciendo una intrigante intersección entre la historia del arte y la búsqueda de vida en otros planetas.