La NASA quiere colocar una “estrella artificial” en la órbita de la Tierra
La NASA quiere poner en órbita alrededor de nuestro planeta una estrella artificial. El proyecto forma parte de la misión Landolt, liderada por la Universidad George Mason, en Estados Unidos, y promete contribuir a la calibración de telescopios, midiendo la distancia a supernovas en galaxias y mucho más.
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La misión lleva el nombre de Arlo Landolt, un astrónomo que combinó varios catálogos de brillo estelar utilizados entre los años 1970 y 1990. Con su lanzamiento previsto para 2029, la idea es que la misión lleve al cielo un satélite equipado con ocho láseres, cuya emisión de fotones. Los científicos conocerán de antemano la tasa.
Los láseres se dispararán hacia telescopios en tierra para ser calibrados. Luego, los científicos observarán estas fuentes de luz cerca de estrellas reales, compararán los datos y los utilizarán para crear nuevos catálogos de brillo estelar.
La estrella artificial orbitará alrededor de la Tierra a una altitud de más de 35 mil kilómetros, por lo que los telescopios terrestres la verán como una estrella y no como un conjunto de láseres. En esta órbita, el satélite se moverá a la misma velocidad que la rotación de la Tierra, permaneciendo “aparcado” sobre Estados Unidos durante al menos su primer año.
Los científicos han descubierto que el universo se está expandiendo gracias a la ayuda de algunas pistas cósmicas, como el brillo de las estrellas. Para Peter Plavchan, profesor asociado de la universidad, los próximos grandes descubrimientos requerirán mediciones aún más precisas. Y aquí es donde entra en juego el nuevo proyecto.
Eliad Peretz, investigador principal adjunto de Landolt, dijo que la misión se centra en medir propiedades fundamentales utilizadas diariamente en las observaciones astronómicas. «Esto podría afectar y cambiar la forma en que medimos o entendemos las propiedades de las estrellas, las temperaturas de la superficie y la habitabilidad de los exoplanetas», añadió.
Los datos más precisos serán utilizados por los expertos, que planean utilizarlos tanto para comprender mejor la evolución estelar como para refinar los parámetros de la misteriosa energía oscura. “Ahora sabremos exactamente cuántos fotones por segundo provienen de una fuente en el cielo con una precisión del 0,25%”, celebró Plavchan.
Fuente: Universidad George Mason