Civilizaciones Antiguas

La daga de Topkapı: el poder de un sultán del Imperio Otomano en exhibición

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Un gobernante poderoso y noble requiere un don igualmente noble, ¿verdad? En el mundo de la política y las relaciones internacionales del siglo XVIII, esta era la norma: presentar obsequios lujosos y costosos a los gobernantes importantes. La daga Topkapı es un ejemplo ideal de esta práctica. Increíblemente cara y verdaderamente magnífica, esta arma decorativa estaba destinada a ser parte de una oferta de paz entre dos reinos muy poderosos en ese momento: el Imperio de Irán y el Imperio Otomano. Rica en detalles y joyas costosas, fue una de las dagas más finas jamás creadas. Sin embargo, nunca llegó a su destino previsto. ¿Cómo es eso?

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La daga Topkapı, la mejor de su clase

Los orígenes de la daga de Topkapı están directamente relacionados con la situación geopolítica global de principios del siglo XVIII. Esta fue una era tardía del venerable Imperio Otomano, una de las potencias globales más importantes del mundo. En ese momento, este enorme imperio atravesaba una serie de relaciones complejas con sus vecinos, como Austria, Venecia y Persia (Irán), contra muchos de los cuales estaba en guerra. En ese momento, uno de sus mayores rivales era el actual Irán (entonces llamado Persia), que se volvió inmensamente poderoso bajo su líder, Nader Shah, el Rey de Reyes. Nader Shah, a menudo llamado el Napoleón de Persia, era conocido como un estratega excepcional con gran destreza militar e insaciables ambiciones territoriales. Y en la década de 1740 buscó nuevas alianzas para reforzar su poder.

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Retrato contemporáneo de Nader Shah. Artista desconocido, creado en ca. 1740 en Irán (Dominio público)

Por supuesto, las relaciones entre Persia y los otomanos no siempre fueron ideales. Los dos reinos pasaron de períodos de paz a períodos de grandes tensiones. Por ello, se consideró necesario un intercambio de regalos para cimentar una paz duradera. Fue encargado alrededor de 1746 por el sultán otomano Mahmud el Jorobado como parte de un elaborado conjunto de obsequios destinados a Nader Shah. Estaba destinado a simbolizar la buena voluntad y la diplomacia entre estos dos reinos poderosos.

El conjunto de regalos incluía no sólo la daga de Topkapı, sino también muchas riquezas extravagantes. Estos regalos fueron enviados con un séquito de 1.000 embajadores otomanos, que viajaron a Irán para entregarlos en persona. Sin embargo, el poderoso Nader Shah fue asesinado por sus propios cortesanos en junio de 1747, antes de que el séquito de portadores de regalos pudiera siquiera alcanzarlo. Tuvieron que regresar a Estambul con todos los regalos, que nunca llegaron a su destino previsto. Por otro lado, el propio Nader Shah envió regalos justo antes de ser asesinado. Estos llegaron al sultán otomano e incluían cosas extraordinarias, como perlas del Golfo Pérsico, un trono mogol adornado con joyas y dos elefantes mogoles danzantes.

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La daga de Nader Shah con una pequeña porción de sus joyas. Ahora forma parte de las Joyas de la Corona iraní. (Dominio público)

Una daga de cierta magnificencia

La daga era verdaderamente un arma exquisitamente elaborada. Esta arma, destinada a reflejar el poder imperial otomano, se destacó por su apariencia y arte verdaderamente incomparables. El arma, que mide aproximadamente 35 centímetros (14 pulgadas) de largo, presenta una hoja curva de un solo filo forjada con acero de alta calidad. El tipo de daga se conoce como jambiyaoriginario de Yemen. La empuñadura y el pomo de la daga estaban ricamente decorados y con incrustaciones de deslumbrantes esmeraldas colombianas, cada una del tamaño de un huevo de codorniz. Esta fue también una presentación del poder otomano, ya que mostraba claramente que el imperio tenía acceso a piedras preciosas raras y muy valiosas. En el pomo de la daga luce un rico reloj inglés, cubierto por otra esmeralda. Permitía al portador de la daga observar la hora mientras la llevaba encima.

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La daga Topkapı, con una vaina de 35 cm (14 pulgadas) de largo, está hecha en gran parte de oro y engastada con joyas. En el pomo de la daga hay un reloj integrado. En el mango hay tres grandes esmeraldas. Tesoro Imperial del Palacio Topkapı en Estambul, Turquía. (Hajotthu/CC BY-SA 3.0)

La vaina de la daga es igualmente opulenta. Hecho de oro y con incrustaciones de diamantes, rubíes y otras piedras preciosas, reflejaba claramente la habilidad de los joyeros otomanos. Los intrincados motivos florales y arabescos tallados en la vaina reflejan las preferencias estéticas de la corte otomana, que mezclaba influencias de las tradiciones persa, árabe y bizantina. Muchas de las joyas incrustadas eran de color verde, ya que tradicionalmente se consideraba el color del profeta Mahoma y el concepto del paraíso en la creencia islámica. Cuando los regalos estaban imbuidos de este color, tenían un significado especial para quienes los recibían, ya que llevaban un significado sagrado y la buena voluntad del donante.

Autoridad, estatus, poder desenfrenado

Como ocurre con muchos artefactos de este tipo, la daga de Topkapı era más que un simple arma, era un símbolo de autoridad y estatus. En la tradición de los gobernantes otomanos, una daga finamente elaborada presentada como regalo tenía un significado especial. Las dagas tenían un significado simbólico y reforzaban el poder y la autoridad, y a menudo se enviaban como obsequios para cimentar las relaciones y fortalecer los vínculos diplomáticos. Al regalar esto a Nader Shah, el sultán Mahmud el Jorobado tenía la intención de reconocer su poder e importancia, al mismo tiempo que afirmaba los suyos.

Pero, por desgracia, la daga nunca fue regalada al sha, quien fue brutalmente asesinado en el undécimo año de su reinado. Devuelta a Estambul, la daga permaneció desde entonces en el tesoro del palacio imperial. Hoy en día es una de las piezas más preciadas del Museo del Palacio de Topkapı y su valor es inconmensurable. Sólo podemos imaginar lo caro que fue construirlo en 1746. Realmente nos muestra cuán ricos eran realmente los sultanes otomanos.

Imagen superior: La Daga de Topkapi en Estambul, Turquía. Fuente: yoegacy1995/Adobe Stock

Por Aleksa Vučković

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