James Webb encuentra cuásares ‘bebés’ en un universo joven
El Telescopio James Webb descubrió un tipo de objeto que el Hubble, en observaciones anteriores, no pudo distinguir de las galaxias normales. Se trata de un puñado de pequeños puntos rojos que ahora se revela que son “bebés quásares”.
Un nuevo estudio dirigido por Jorryt Matthee muestra que los puntos rojos se encuentran a 12.600 millones de años luz de la Tierra. Esto significa que la luz que emitieron ha viajado durante 12.600 millones de años, por lo que esa es su edad aproximada en un universo que tiene 13.800 millones de años.
Anteriormente, las imágenes del Telescopio Hubble no tenían suficiente resolución para distinguir estos puntos de las galaxias rojizas ordinarias. Ahora, James Webb ha demostrado que cada uno de ellos es un agujero negro supermasivo activo, es decir, que se alimentan de grandes cantidades de materia.
Cada uno de estos agujeros negros supermasivos vive en el corazón de una galaxia anfitriona. Cuando devoran objetos como estrellas o nubes de gas, los agujeros negros supermasivos emiten tanta energía que son capaces de eclipsar a su propia galaxia. En estos casos, este objeto extremadamente luminoso se llama cuásar.
Algunos quásares son mucho más masivos de lo que deberían ser, considerando el momento en que se formaron. Los agujeros negros supermasivos no deberían ser tan grandes en distancias como 12.600 millones de años, simplemente porque no ha habido suficiente tiempo para que evolucionaran.
Estudios anteriores han encontrado algunos de estos objetos imposibles, como el agujero negro COS-87259, con mil millones de masas solares. Su luz es tan antigua que fue emitida apenas 750 millones de años después del Big Bang; en otras palabras, está a más de 13 mil millones de años luz de distancia.
Los astrónomos aún no saben cómo objetos similares a COS-87259 llegaron a ser tan masivos en sólo 150 millones de años. El nuevo estudio, por otra parte, encontró una explicación para los puntos rojos que el Hubble no había descifrado: son quásares aún en formación, con apenas unos pocos millones de masas solares.
El equipo de estudio analizó las líneas espectrales de esta población de pequeños puntos rojos y encontró signos de nubes de gas hidrógeno que se mueven rápidamente alrededor de algo masivo: los agujeros negros. Además, los objetos aparecen rojizos debido al polvo, que «oscurece los agujeros negros y enrojece los colores», dijeron los autores.
Con esto, los investigadores argumentan que los pequeños puntos rojos en las imágenes de James Webb son versiones pequeñas y rojas de cuásares gigantes, que, de hecho, son de color azulado. Esperan que el estudio de los cuásares jóvenes ayude a los científicos a comprender mejor los misteriosos procesos de formación de cuásares gigantes en el universo primitivo.
El artículo de investigación fue publicado en la revista. La revista astrofísica.
Fuente: ScienceDaily, The Astrophysical Journal