Investigación revela qué provocó el colapso del observatorio de Arecibo
Un informe federal reveló que el colapso del Telescopio de Arecibo en 2020 fue resultado de 39 meses de negligencia. La Academia Nacional de Ciencias señaló una falta de atención a la seguridad de los telescopios tras los daños causados por el huracán María en 2017 y atribuyó el fallo de los cables al desgaste de los casquillos que los sostenían.
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El 1 de diciembre de 2020, la comunidad internacional de astrónomos se sorprendió con la noticia de la destrucción irreparable del segundo radiotelescopio de antena única más grande del mundo, después de que la cúpula suspendida cayera a 110 metros de altura sobre el plato reflectante.
Las investigaciones preliminares sobre fallas en los cables de soporte de la cúpula suspendida apuntaron a un error de fabricación que comprometió su estructura. Los equipos también mencionaron los daños causados por eventos como el huracán María y los terremotos en Puerto Rico en 2017.
El nuevo informe de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina encontró una «alarmante» falta de preocupación documentada sobre la seguridad y estabilidad del telescopio después de que María lo dañara. El huracán de categoría 4 sometió al telescopio a enormes cargas de viento y algunos cables se salieron de sus enchufes.
Según el informe del comité encargado de investigar el fallo, el problema no suscitó grandes preocupaciones por parte de los responsables del telescopio, tal vez porque las cargas en los cables todavía se consideraban dentro de un rango seguro.
Para los autores del informe, el Telescopio de Arecibo ya dio señales claras de que, después del huracán, “estaba en peligro estructural”. Esto se debe a que hubo un aumento “inusualmente grande y progresivo” en la liberación de cables estructurales principales, que “pudo verse durante inspecciones visuales meses y años antes de la construcción”. [queda de 2020]”.
Los expertos destacaron que estas señales “deberían haber desencadenado el nivel más alto de alerta, requiriendo una acción urgente”. El informe señaló que, a pesar de las actualizaciones del telescopio, las instrucciones de funcionamiento no se habían revisado adecuadamente, lo que dejó a los operadores sin una orientación clara sobre el seguimiento de la estabilidad estructural.
La falla también pudo deberse a una debilidad en los conectores de zinc que sostenían los cables del telescopio. Aunque no hay registros de fallos similares en más de 100 años, los autores del informe sospechan que la radiación electromagnética del telescopio puede haber debilitado los casquillos con el tiempo.
El comité concluyó que:
Las consecuencias de una falla estructural del Telescopio de Arecibo no fueron seriamente consideradas en la toma de decisiones durante el diseño y operación, ni tampoco en la extensión de la vida útil del telescopio. En particular, no había ninguna consideración formal de que la salud y la seguridad de los trabajadores y del público estarían en riesgo en caso de falla estructural.
El telescopio de Arecibo
Durante muchos años, el Telescopio de Arecibo fue el radiotelescopio más grande del mundo, ganando fama como escenario de películas como GoldenEye y Contact. Su plato reflector de 305 metros estaba fijo, limitando el campo de visión del telescopio a sólo 20º con respecto al cenit (el punto más alto del cielo).
Para seguir el movimiento aparente de los cuerpos celestes, el componente móvil era la gran estructura esférica suspendida que contenía el receptor de radiación espacial. La estructura suspendida, que pesaba más de 900 toneladas, estaba sostenida por torres de más de 110 metros de altura y una serie de cables.
El telescopio fue diseñado originalmente para estudiar la ionosfera, pero rápidamente se convirtió en una herramienta valiosa para los astrónomos de otras áreas. Se utilizó en proyectos como la detección de ondas gravitacionales, la búsqueda de exoplanetas habitables y el descubrimiento del primer púlsar binario.
En 1974, los científicos utilizaron el radiotelescopio para enviar el famoso Mensaje de Arecibo al cúmulo estelar M13, a 25.000 años luz de distancia, con información sobre la Tierra y la humanidad, destacando su papel en la búsqueda de vida extraterrestre.
Fuente: Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina
