En un raro avistamiento de último minuto, una estrella fue estudiada sólo 150 días antes de convertirse en supernova
Es raro captar una supernova mientras explota, y es aún más raro ver estrellas en pleno apogeo. Esto no tiene nada que ver con las habilidades de los astrónomos, sino más bien con el hecho de que no sabemos realmente cuándo una estrella se convertirá en supernova, y hay muchas estrellas ahí fuera. Pero gracias a nuevos estudios algunas estrellas están siendo estudiadas en los años previos a su desaparición definitiva, y los investigadores informan ahora del descubrimiento de una estrella que explotó meses después de haber sido estudiada.
La supernova en cuestión se llama SN 2023fyq. Los datos sobre su progenitor se recogieron 150 días antes de que se produjera la supernova. Esto no se debió a que los investigadores pensaran que terminaría pronto, sino a que estaba actuando un poco extraño: se consideraba un transitorio de baja luminosidad. Su luz estaba cambiando, pero no de la manera dramática de una nova o supernova.
Fue un objeto de interés y fue seguido muchas veces desde que se detectaron cambios en la luminosidad, y siguió aumentando hasta que toda la estrella explotó. El evento fue una supernova de colapso del núcleo (CCSN), el destino final de estrellas muy masivas que se quedan sin combustible nuclear en su núcleo. Pero su desaparición no se produjo sin previo aviso en las semanas anteriores.
«La luminosidad observada aumenta exponencialmente durante este tiempo, mientras que el objeto mantuvo un radio fotosférico casi constante», escribieron los autores en el artículo, que está a la espera de revisión por pares. «Estas observaciones de SN 2023fyq y los momentos finales del progenitor resaltan que los progenitores de CCSNe pueden sufrir algunas inestabilidades extremas poco antes de su desaparición final».
El evento tuvo lugar en la galaxia espiral NGC 4388, que se encuentra en el relativamente cercano Cúmulo de Virgo. Si bien existen incertidumbres sobre la distancia exacta de esta galaxia (alrededor de 56,7 millones de años luz), su relativa cercanía la convierte en un buen lugar para atrapar a un progenitor antes de que explote.
Este descubrimiento es importante para nuestra comprensión de lo que esperamos de las estrellas que se convierten en supernovas. La estrella que se convirtió en SN 2023fyq no existió tranquilamente y luego explotó repentinamente: estaba experimentando cambios que condujeron a la supernova.
“El análisis de progenitores normalmente ocurre después de que la estrella ha sido destruida, buscando en imágenes de archivo y midiendo las propiedades fotométricas del presunto progenitor. Aunque esta área de la astronomía transitoria está en su infancia, las repercusiones de detectar la actividad precursora son inmensas, lo que pone de relieve que el progenitor no se encuentra en un estado de equilibrio y puede que no esté bien representado por los modelos evolutivos estelares estándar. SN 2023fyq y transitorios similares resaltan que la apariencia previa a SN del progenitor no es trivial y, sin una consideración cuidadosa, puede producir resultados engañosos en los estudios de progenitores de supernovas”, concluyeron los autores.
Se envió un artículo que informa los hallazgos a la revista Astronomy & Astrophysics y está disponible en ArXiv.
[H/T Universe Today]