El fracaso de Starliner deja a Boeing frente a un dilema
La NASA anunció el sábado (24) que los astronautas Butch Wilmore y Suni Williams regresarán a la Tierra en una nave espacial SpaceX Crew Dragon. El dúo ya pasó más de 70 días en la Estación Espacial Internacional (ISS), y la decisión de la agencia espacial deja a Kelly Ortbeg, directora ejecutiva de la compañía, con algunas decisiones difíciles por delante sobre el futuro del programa espacial de Boeing.
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Fue en 2011 que Boeing se unió al Programa de Tripulación Comercial. Se trata de una iniciativa de la NASA creada para desarrollar el transporte a la ISS en colaboración con la industria privada de Estados Unidos. En 2014, la agencia espacial eligió a SpaceX y Boeing como socios. Hoy, la compañía de Elon Musk lanza periódicamente misiones operativas al laboratorio orbital, mientras Boeing intenta completar el primer vuelo de prueba tripulado de su nave espacial.
Pues bien, fue en este contexto que Ortbeg asumió el cargo a principios de mes, con la misión de afrontar preguntas incómodas sobre el compromiso de Boeing con los vuelos espaciales y Starliner. El analista de JPMorgan, Seth Seifman, dijo en una nota que la decisión “podría resultar en más pérdidas de Starliner para Boeing”.
“Me expresó la intención de que continúen resolviendo los problemas cuando Starliner regrese sano y salvo y que tengamos nuestra redundancia y nuestro acceso tripulado a la estación espacial”, comentó Bill Nelson, el administrador de la NASA, en referencia a un discurso de Ortberg, declarando el deseo de continuar con el programa Starliner.
Aun así, la decisión sobre el futuro de Starliner dependerá del desempeño de la nave en el viaje de regreso. Aunque la NASA no ha descartado la certificación del vehículo, es posible que sean necesarias algunas otras pruebas de vuelo antes de que Starliner vuelva a transportar astronautas. Y, en este caso, Boeing podría afrontar un coste de 400 millones de dólares, que era la suma necesaria para realizar nuevamente la prueba del vuelo no tripulado.
Mientras Ortbeg evalúa la situación de la nave espacial Starliner y las posibles soluciones para Boeing en asociación con la NASA, la reputación de la compañía sigue tambaleándose en medio de la crisis de seguridad: en julio, Boeing anunció que se declararía culpable de cargos de fraude criminal relacionados con Accidentes con aviones 737 Max.
«Si Boeing puede arreglar su negocio de aviones comerciales, lo que suceda en el espacio es mucho menos relevante», señaló Robert Spingarn, analista de Melius Research. Queda esperar.
Fuente: Bloomberg