Ufología

Cómo se encontró un satélite que “desapareció” después de 25 años

El satélite experimental S73-7 estuvo desaparecido durante los últimos 25 años, pero acaba de ser encontrado por el astrofísico Jonathan McDowell. Trabajó con datos de seguimiento del 18.º Escuadrón de Defensa Espacial de Estados Unidos y descubrió las posiciones del satélite desde su lanzamiento en 1975.

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En aquel momento, el pequeño satélite fue enviado al espacio por el Programa de Pruebas Espaciales de la Fuerza Aérea. Estaba ubicado en el llamado «Sistema Hexágono», que albergaba en su interior el satélite S73-7 y lo liberaba. El dispositivo medía sólo 66 cm de largo y operaba en una órbita circular a 800 km.

La idea era que el S73-7 se inflara como un globo y sirviera como objetivo de calibración para equipos de detección remota. Pero eso no fue lo que sucedió: el satélite falló durante su despliegue y acabó uniéndose a los distintos trozos de basura espacial en la órbita terrestre. Recién en abril de 2024 fue identificado nuevamente.

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Antes del redescubrimiento, McDowell analizó los datos archivados del satélite y descubrió algo interesante: ¡S73-7 desapareció de los datos de radar en los años 1970 y 1990! “A lo mejor lo que están monitoreando es un dispensador o un trozo del globo [do satélite] eso no abrió bien, por lo que no es de metal y no aparece como debería en el radar”, sugirió.

Actualmente, la órbita de nuestro planeta está ocupada por más de 20 mil objetos, por lo que no es fácil determinar su ubicación e identidad. Estos pedazos de basura espacial se pueden rastrear con radares terrestres y sensores ópticos, pero aun así, es difícil distinguirlos. Los sensores incluso identifican un objeto en órbita, pero luego es necesario relacionarlo con un satélite que se encuentra en la misma trayectoria.

La tarea se vuelve aún más difícil si el satélite está en una órbita geoestacionaria (una en la que el objeto está posicionado sobre el ecuador de la Tierra), porque no hay radares colocados para monitorear los objetos allí. “Si te quedas en el ecuador, puedes esconderte del seguimiento”, explicó el astrofísico.

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Estos desafíos hacen que el descubrimiento sea aún más impresionante, después de todo, no es sencillo diferenciar un solo objeto entre las decenas de miles de ellos en la órbita de la Tierra. Además, la identificación tiende a volverse aún más compleja a medida que se lanzan nuevos satélites, como Starlink.

Fuente: Gizmodo

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