Ciencia

¿Cómo se crea un eclipse solar en el espacio a pedido? La ESA está a punto de mostrárnoslo

La Agencia Espacial Europea está a punto de encontrar una manera de conseguir eclipses solares en el espacio a pedido, un enfoque crucial para estudiar la corona solar. La corona solar es la atmósfera extremadamente caliente del Sol y tiene un impacto masivo en la Tierra y nuestras tecnologías, por lo que es importante monitorearla.

La misión se llama Proba-3 y consta de dos naves espaciales que vuelan en formación de modo que una pueda estar a 150 metros (492 pies) hacia el Sol, proyectando una sombra al cubrir perfectamente el disco solar. Esto es clave para observar la corona. El sistema crea eclipses a pedido. Los eclipses solares totales como el que atravesó América del Norte en abril no son sólo eventos impresionantes: son una forma crucial de estudiar la corona solar.

Tradicionalmente, las naves espaciales o telescopios que lo estudian tienen un coronógrafo, un pequeño disco en el medio que bloquea el disco solar. El inconveniente de este método es que en el borde del coronógrafo se obtiene un borde brillante, por lo que se pierde información sobre una parte importante de la corona solar, la parte más cercana a la superficie del Sol. Proba-3 podrá observar la corona del Sol desde un poco más allá del disco solar a 1,4 millones de kilómetros (870.000 millas) de distancia.

La forma de mejorar esto es tener el coronógrafo bastante lejos del telescopio. Por eso los eclipses naturales son ideales con la Luna a unos 380.000 kilómetros (236.000 millas) de distancia. Pero los eclipses solares totales no ocurren con la suficiente frecuencia (en promedio, uno cada 18 meses) como para simplemente esperar a que ocurran. Una misión propuesta, llamada mesompondrá en órbita una nave espacial para conseguir eclipses cada mes. Mientras esperamos eso, Proba-3 demostrará este nuevo enfoque.

Las dos naves espaciales estarán en una órbita peculiar, yendo desde tan cerca de la Tierra como 600 kilómetros (373 millas) hasta 60.530 kilómetros (37.600 millas) de la superficie de nuestro planeta. Tardarán 19,7 horas en dar la vuelta al planeta. En seis de esas horas, cuando las sondas estén más alejadas de la Tierra, se alinearán para que puedan ocurrir las observaciones coronales. El vuelo en formación cerrada es una demostración crucial para esta misión.

El sistema ayudará a estudiar por qué la corona solar es cientos de veces más caliente que la superficie del Sol, alcanzando millones de grados; cómo se acelera el viento solar; y la formación de eyecciones de masa coronal: los eventos de plasma que, una vez que golpean la Tierra, pueden dañar los satélites y provocar auroras espectaculares. La misión también hará ciencia cuando no esté en formación. La nave espacial volará a través de los cinturones de Van Allen, regiones de radiación alrededor de nuestro planeta vinculadas al viento solar y al clima espacial.

Proba-3 es la cuarta de las misiones de Proba, todas las cuales han sido demostraciones de tecnología. ¿Por qué es «3» y no «4»? El tercero se llamó Proba-V, un pequeño satélite que mide la vegetación y que fue lanzado en 2013 para una misión inicial de dos años. Sigue funcionando hoy. Proba-3 también tiene una duración nominal de misión de dos años.

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