¿Cómo funcionaban los acueductos romanos? (Vídeo)
Los acueductos romanos eran maravillas de la ingeniería antigua, ya que abastecían de agua a las ciudades para los baños públicos, las fuentes y las viviendas de la élite. La ingeniería necesaria para construir estos acueductos era avanzada para su época. Los ingenieros griegos fueron pioneros en la construcción de los primeros acueductos, con innovaciones como el canal revestido de piedra de la Atenas arcaica y los sistemas de agua a presión de Pérgamo. Los romanos, sin embargo, llevaron la construcción de acueductos a nuevas alturas al incorporar arcos y hormigón hidráulico y construir extensas redes capaces de transportar millones de galones de agua al día.
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Los acueductos romanos solían empezar a construirse en manantiales de laderas, ya que el agua estancada de lagos y los ríos cargados de sedimentos no eran fuentes adecuadas. Los acueductos funcionaban como ríos artificiales, diseñados con pendientes suaves y constantes para evitar la erosión y el estancamiento. Los ingenieros romanos utilizaban herramientas como la dioptra y las chorobates para mantener estas pendientes precisas. La mayoría de los acueductos se construían bajo tierra, pero cuando era necesario cruzar valles, se sostenían con hileras de arcos de mampostería y, en valles excepcionalmente profundos, con arcadas de varios niveles como el Pont du Gard.
En terrenos especialmente difíciles, se utilizaban sifones invertidos para transportar agua a través de valles profundos. El mantenimiento era crucial: una fuerza de trabajo dedicada mantenía limpios los canales, retiraba los sedimentos de los tanques de sedimentación y raspaba los depósitos minerales de las paredes. Aunque el agua del acueducto se consideraba más saludable y de mejor sabor, la mayoría de las ciudades romanas todavía dependían de pozos y cisternas para obtener agua potable.
Imagen superior: El acueducto romano del Pont du Gard en el sur de Francia. Fuente: Gallas/Adobe Stock
Por Robbie Mitchell