Bebida espacial: empresa francesa prepara vodka con meteorito
La destilería francesa Pegasus creó un vodka especial, o mejor dicho espacial. No, no estamos hablando de ingredientes de Pangalactic Dynamite, una bebida presentada en La Guía del autoestopista galáctico, del escritor británico Douglas Adams, sino del destilado producido por la empresa a partir de la infusión del meteorito Huntsman (b). Hallado en 1977 en Nebraska (EE.UU.), el objeto parece haber caído a la Tierra en 1910 y es del tipo condrita.
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Esto significa que Huntsman (b) pertenece a la clase de los meteoritos pedregosos más comunes y está formado principalmente por minerales de silicato. Tiene un color oscuro y una corteza de fusión irregular (una capa de vidrio que se forma al quemar el meteorito por fricción con el aire), y en su interior contiene pequeños trozos de hierro y níquel.
La Tierra recibe cada día casi 50 toneladas de meteoros y meteoritos, pero como la mayoría de ellos se queman en la atmósfera, pasan desapercibidos. Huntsman (b) parece haber llegado a nuestro planeta ese año porque, en su momento, fue encontrado a pocos kilómetros de otro objeto.
Para los astrónomos, ambos son trozos de una única roca espacial que acabó ardiendo a su paso por la atmósfera. Independientemente de su origen o fecha de llegada, lo cierto es que Huntsman (b) llegó a manos de Maxime Girardin, fundador de Pegasus Distillerie, quien decidió en 2021 que le gustaría probar algo diferente.
Inspirado por su pasión por el cielo nocturno, nacida durante un período de voluntariado en Sudáfrica, Girardin se dio cuenta de que le gustaría añadir un toque espacial a las recetas de la empresa y adquirió el ingrediente, que, en este caso, era el meteorito Huntsman (b ). Luego el vodka Estrella fugaz fue envejecido en un ánfora, un tipo de vasija de barro poroso tradicional en Italia.
La idea era que el oxígeno penetrara en el objeto y actuara como aglutinante entre el vodka y los minerales del meteorito. “De alguna manera, despierta un área especial en tu lengua. Permanece en la lengua durante minutos y minutos», comentó Vincent Girardin, el padre de Maximine. «En realidad, no es sólo el sabor. La sensación en la boca es una experiencia en sí misma”, añadió.
Y, después de todo, ¿es realmente seguro beber o comer un meteorito? Pues bien, para los geólogos, un consumo inusual no debería suponer mayores riesgos. Aunque el objeto recibió radiación en el espacio, tanto las rocas de nuestro planeta como incluso nuestros cuerpos también tienen sus respectivas dosis radiactivas.
Por ejemplo, consideremos los plátanos: el potasio que contienen los hace ligeramente radiactivos, pero aun así son seguros para comer. «Sospecho que una condrita común y corriente es mucho menos letal que otras sustancias que se encuentran en el vodka», bromeó Randy Korotev, geoquímico lunar retirado de la Universidad de Washington en Estados Unidos.
Fuente: Mashable, PopSci